Me voy a la cama en un rato con un revoltijo de nervios que seguramente me dificultarán conciliar el sueño esta noche. Llevo media semana así. Mañana es el gran día; la fecha en la que me marcho a Ottawa a vivir durante cinco semanas como monitor de un grupo de chavales de intercambio dentro de uno de los muchos programas veraniegos que oferta una empresa, Red Leaf, de la que a buen seguro ya os habré hablado hasta la saciedad. Estoy bastante intranquilo (para qué negarlo), pero muy ilusionado con esta experiencia. Eso de tener a 19 estudiantes menores de edad a mi cargo durante más de un mes supone una enorme responsabilidad que afronto con el típico miedo a lo desconocido y con la esperanza de que todo salga estupendamente durante todo este tiempo. Como me ocurre siempre que viajo, no paro de darle vueltas a la cabeza a ver si llevo todo lo que necesito, y cuanto más lo pienso más siento que se me olvida algo. Casi mejor haré el último repaso a mi equipaje mañana mismo antes de salir hacia Barajas, no vaya a ser que me vuelva loco. Lo digo con conocimiento de causa: soy un maníaco compulsivo con este tipo de cosas.
El vuelo sale de Madrid a las 15.15h y durará unas ocho horas. Confío en que no surjan problemas como retrasos, adolescentes rebeldes, etc. Aterrizaremos en Montréal y desde allí viajaremos en autobús hasta Ottawa, donde nos encontraremos con nuestras respectivas familias de acogida, con las que conviviremos a lo largo de todos estos días en la capital del país. Espero que los chicos se porten bien en todo momento y que los responsables de inmigración y aduanas canadienses sean benévolos con nosotros. Sin mucho más que decir, salvo quizás recalcaros las grandes expectativas que me he creado del bonito lugar al que me dirijo, me despido por hoy. Prometo actualizar el blog tanto como me sea posible para contaros anécdotas y vivencias de esta gran aventura al otro lado del Atlántico. Será mi pequeño cuaderno de bitácora y al mismo tiempo la forma más rápida y cómoda de sentiros a todos cerca. Os echaré de menos.
Nos vemos a partir del 8 de agosto. Feliz mes de julio!
El vuelo sale de Madrid a las 15.15h y durará unas ocho horas. Confío en que no surjan problemas como retrasos, adolescentes rebeldes, etc. Aterrizaremos en Montréal y desde allí viajaremos en autobús hasta Ottawa, donde nos encontraremos con nuestras respectivas familias de acogida, con las que conviviremos a lo largo de todos estos días en la capital del país. Espero que los chicos se porten bien en todo momento y que los responsables de inmigración y aduanas canadienses sean benévolos con nosotros. Sin mucho más que decir, salvo quizás recalcaros las grandes expectativas que me he creado del bonito lugar al que me dirijo, me despido por hoy. Prometo actualizar el blog tanto como me sea posible para contaros anécdotas y vivencias de esta gran aventura al otro lado del Atlántico. Será mi pequeño cuaderno de bitácora y al mismo tiempo la forma más rápida y cómoda de sentiros a todos cerca. Os echaré de menos.
Nos vemos a partir del 8 de agosto. Feliz mes de julio!
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