Hace algún tiempo (no recuerdo dónde, ni cuándo, ni cómo) oí hablar acerca de una idea que me pareció deslumbrante por su originalidad y fabulosa por el poder que entrañaba. Se trata de la creación de relatos fantásticos escritos en tan solo una frase. Aunque admito que en un primer momento la propuesta puede desconcertar e incluso resultar ridícula, en su día me bastó un breve ejemplo de ello para despertar en mí toda una inquietud voraz por hacer lo mismo en este blog. Y he decidido que hoy era el día.
En la web http://www.onesentence.org/ han ideado lo mismo a partir de vivencias personales de la gente que voluntariamente colabora en esa página. Sin embargo yo prefiero ir más allá y en el Manual todos los relatos que encontraréis serán inventados, como si de minúsculas novelas se tratasen. El ejemplo al que me refería anteriormente es el mismo (bueno, más o menos :P) con el que voy a empezar esta colección de posts que he titulado Cuentos en una frase. Para todos los que leáis este blog, pretendo que sea una recopilación de pequeñas historias de no más de tres líneas sobre cualquier cosa que se me ocurra con el fin de picar vuestra curiosidad y estimular como nadie vuestra imaginación. De hecho, si consigo con ello que os paréis a pensar unos instantes sobre cada historia y os sumerjáis de lleno en ellas, me doy por más que satisfecho. Si no, espero que al menos os resulten divertidas.
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El viejo y bohemio Cuentacuentos lleva muerto más de 6000 años, pero desde la ultratumba continúa su inacabada labor de escribir historias sobre la vida, la filosofía y la muerte, a ritmo de pluma de oscuro marrón en manuscritos de papiro antiguo. Su bata granate luce desgastada por la eternidad y el brillo apagado de sus ojos se refleja tenue en una vela de su escritorio que se marchita poco a poco con el paso de los días. Su larga melena, antaño rubia, cae liviana sobre sus frágiles hombros cubiertos de polvo, resaltando los marcados rasgos de su cara de carne putrefacta. Caballero de escritura ágil y caminar torpe, de la vieja escuela, miembro respetable del Panteón de los Eruditos, con pañuelo bordado de seda al cuello y bastón apoyado en el respaldo de su silla; Cuentacuentos lleva siglos luchando contra los derechos de autor y el Copyright le tiene frito, pero persiste en su lucha legendaria por hacerse un hueco entre los grandes de la literatura. Hoy ofrece la primera de sus obras maestras escritas en una frase. Un clásico entre los clásicos titulado "Viaje a la prehistoria":
En la web http://www.onesentence.org/ han ideado lo mismo a partir de vivencias personales de la gente que voluntariamente colabora en esa página. Sin embargo yo prefiero ir más allá y en el Manual todos los relatos que encontraréis serán inventados, como si de minúsculas novelas se tratasen. El ejemplo al que me refería anteriormente es el mismo (bueno, más o menos :P) con el que voy a empezar esta colección de posts que he titulado Cuentos en una frase. Para todos los que leáis este blog, pretendo que sea una recopilación de pequeñas historias de no más de tres líneas sobre cualquier cosa que se me ocurra con el fin de picar vuestra curiosidad y estimular como nadie vuestra imaginación. De hecho, si consigo con ello que os paréis a pensar unos instantes sobre cada historia y os sumerjáis de lleno en ellas, me doy por más que satisfecho. Si no, espero que al menos os resulten divertidas.
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El viejo y bohemio Cuentacuentos lleva muerto más de 6000 años, pero desde la ultratumba continúa su inacabada labor de escribir historias sobre la vida, la filosofía y la muerte, a ritmo de pluma de oscuro marrón en manuscritos de papiro antiguo. Su bata granate luce desgastada por la eternidad y el brillo apagado de sus ojos se refleja tenue en una vela de su escritorio que se marchita poco a poco con el paso de los días. Su larga melena, antaño rubia, cae liviana sobre sus frágiles hombros cubiertos de polvo, resaltando los marcados rasgos de su cara de carne putrefacta. Caballero de escritura ágil y caminar torpe, de la vieja escuela, miembro respetable del Panteón de los Eruditos, con pañuelo bordado de seda al cuello y bastón apoyado en el respaldo de su silla; Cuentacuentos lleva siglos luchando contra los derechos de autor y el Copyright le tiene frito, pero persiste en su lucha legendaria por hacerse un hueco entre los grandes de la literatura. Hoy ofrece la primera de sus obras maestras escritas en una frase. Un clásico entre los clásicos titulado "Viaje a la prehistoria":
"Cuando despertó por el zumbido de los mosquitos gigantes, el dinosaurio todavía seguía allí, acechando hambriento entre la maleza"
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