domingo, 12 de julio de 2009

Diario del Canada (mi familia canadiense)

Hola a todos! Hoy os escribo desde mi casa de Ottawa, en la pequenha calle de Moorside Private, cerca del cruce de Viewmont St. con Fisher Avenue. Son las 18.15h y el cielo que amanecio esta manhana de domingo completamente despejado se ha vuelto a encapotar y llueve desde hace algunos minutos. Llevamos varios dias asi y no parece julio, pero el clima es agradable y se trabaja bien. En fin, parece mentira pero ya se ha pasado la primera semana en Canada (que rapido avanza el tiempo) y me apetecia escribir esta tarde sobre mi hogar y mi familia de acogida con el fin de que los conozcais a todos un poco mejor.
Vivo con una mujer de cinquenta y muchos de nombre Rachel Lefrancois, su hijo de 15 llamado Andréas, otro estudiante de la escuela que viene del Québec, Philippe, y un enorme gato de color anaranjado al que pusieron Finie. Lo del gato no es conha: es el mas grande que jamas he visto; parece un tigre. Esta tan gordo que practicamente se dedica a dormitar por la casa y comer. Cuando le hago alguna gracia es el colmo de la indiferencia. Rachel es una mujer algo nerviosa y tremendamente extrovertida. Le encanta bromear y realizar bailes e imitaciones de famosos y vecinos del barrio. Cada vez que salgo con ella para acompanharla a hacer algun recado, raro es el dia en el que no coge a alguien por banda y le suelta alguna excentricidad o le pide que baile el moonwalker para ella. En tan solo siete dias tengo anecdotas para aburrir. La otra tarde fuimos hasta una nave industrial de bricolage para cambiar una pieza del lavabo de su casa y os aseguro que estuvimos de palique con el fontanero al menos durante una hora. Lo mas gracioso es que el tio no sabia que era espanhol hasta casi el final de la conversacion. No me entere de la mitad de las cosas que decian, pero eso si; mejore mi vocabulario de fontaneria una barbaridad.
A Rachel le gusta conversar y que le cuenten cosas de Espanha. Es profesora y aunque ahora mismo no ejerce y esta retirada, siempre deja caer alguna reminiscencia de su etapa como docente en los pequenhos consejos del dia a dia. Tiene un gran sentido del humor y sabe muchisimo de todos los temas inimaginables. A veces nos acostamos un poco mas tarde que el resto mientras tomamos un buen te para conversar sobre politica, ensenhanza o acerca de mis dias de trabajo aqui. Completamente obsesionada por la limpieza, colecciona manias extranhas y locuras entranahbles. Asi por ejemplo, os dire que me obliga entre otras cosas a lavarme las manos y descalzarme en la entrada siempre que entro en casa para no traer "virus conmigo" al interior de la vivienda. O que no me deja lavar las prendas rojas con el resto de mi colada para que no pierdan "viveza los colores", literal. Tiene cabellos rubios salpicados por algunas canas desalinhadas y ojos azules bajo grandes gafas de disenho. Es delgada, tiene la voz dulce y esta obsesionada por encontrarme novia. Es muy gracioso porque cada vez que ve a una chica por la calle me avisa para que vaya a saludarla y si se encuentra con alguna que conoce directamente me la presenta. Ya charle con todas las cajeras del supermercado y dependientas de las cafeterias del distrito de Nepean.
Andréas es el clasico adolescente introvertido, cerebrito y amante de los ordenadores. Muy inteligente, tiene un pelo precioso de color castanho y gafas con monturas al aire. Le apasionan las bicicletas y los cohetes que compra por ebay y que lanza cada cierto tiempo junto a sus amigos. Suele vestir con ropas anchas y de vez en cuando luce la clasica gorra de beisbol mientras suelta alguna de sus ironias con su timbre de voz pausado y profundo. Le gusta mucho jugar online al Monopoly y escuchar a Eminen, pero destaca de manera principal porque todos le agradecemos enormemente las deliciosas comidas que prepara, pues la mayoria de las veces es el y no su madre quien se encarga de cocinar, y os aseguro que sus pizzas y su pollo Teriyaki con arroz estan deliciosos.
Philippe debe tener entre 15 y 17 anhos y viene al programa de verano que superviso en la misma escuela que mis estudiantes espanholes para mejorar su ingles. Es de la region del Québec, de Sherbrooke, y tiene un peculiar acento frances muy arraigado cada vez que habla. En muchas ocasiones se dirige en su lengua materna a Rachel y Andréas, momento que yo aprovecho para hacer una buena écoute y mejorar en mi comprension y fonetica. Es el fan numero uno mundial de Roger Federer y ya tenemos apalabrado un duelo fratricida en las pistas que quedan al lado del colegio, cerca de la piscina municipal, para dirimir quien es el mejor de los dos con la raqueta. Pelo rizado, ojos azules, complexion delgada; perfecto canadiense.
La casa es un duplex adosado de tres plantas y yo vivo en la parte de abajo, en lo que ellos llaman el basement, que es como una especie de sotano acondicionado que da al patio de atras de la vivienda. Mi habitacion es grande y muy comoda, con una cama de 1,20 para mi solo, un gran escritorio en el que redacto mis informes, television con 60 canales y hasta una mini-nevera con bebidas, quesitos y porquerias tipicamente americanas como crema de cacahuete o mermelada de arandanos. En general reina el desorden por doquier (algo que he constatado en varios hogares canadienses, bastante desordenados todos) y el gato campa a sus anchas por la moqueta de las escaleras y por la cocina, pero me gusta mi hogar aqui y me siento comodo y contento con la familia que me ha tocado. Manhana o en un par de dias os volvere a escribir para contaros mas cosas. En unos minutos nos vamos a cenar fuera. Hoy es domingo y nos lo tomamos con calma o como dicen aqui, we take it easy. Un abrazo fuerte desde Canada.

martes, 7 de julio de 2009

Diario del Canada (vuelo de ida y primeros dias)

Hola a todos desde Ottawa, la capital de Canada. Aqui son las 10.30h de la manhana y llueve (si, llueve!). Perdonadme las faltas de ortografia y la ausencia de letra "n" en el teclado canadiense que suplire con la solucion "nh" de la gramatica portuguesa. Asi evitare algun que otro malicioso malentendido. Es mi cuarto dia en el pais y dispongo de algo de tiempo para relataros las primeras anecdotas de mi aventura. Me encuentro ahora mismo en la sala de ordenadores del colegio Deslauriers, aprovechando que mis estudiantes estan en clase. Como habreis podido deducir por el nombre del centro, en Ottawa tambien se deja notar la influencia francofona del Quebec. Es una ciudad tremendamente tranquila y silenciosa. Yo vivo en la parte del suroeste, integrada por barrios residenciales de casitas unifamiliares con su porche ajardinado delante, su clasico buzon de correos hecho de madera pintada de blanco al borde de la acera, sus amplias carreteras/calles por las que circulan coches enormes y sus montones de parques salpicados por grandes arboles alrededor. En otro post os detallare mas sobre todo ello, aunque baste el estereotipo que os acabo de dibujar para que os hagais una primera idea.
El sabado el vuelo fue agotador. Me levante esa manhana a las 8.30h cargado de nervios y ultime los preparativos de mi viaje pensando en la responsabilidad que se me venia encima. Como tenia que estar tres horas antes de la salida del avion en el aeropuerto de Barajas, sali de casa en torno a las 10.30h. Nada mas llegar a la Terminal 1, cambie de divisa mi dinero para toda mi estancia, unos 500$CAN, y me encontre con el coordinador de aeropuertos de la empresa; Jorge, un tipo majisimo de mi edad que ya conoci en los cursillos de formacion. Enseguida subimos a la planta de salidas para gestionar la facturacion de las maletas de los chicos. Entre la de gente que habia en Barajas ese dia y mi completa falta de experiencia, fue complicado al principio controlar la situacion. Os lo podeis imaginar: madres histericas bombardeandote a preguntas sobre el programa, mientras tu respondes con una sonrisa de verdadero RR. PP. y compruebas al mismo tiempo en tu lista de vuelo que todo marcha correctamente. Con mas o menos agobios sali airoso del paso. Poco despues pasamos el control y accedimos a la zona de embarque, casi de carrerilla. Es increible lo rapido que se me paso todo, os lo aseguro.
Una vez alli entable conversacion directamente con los chicos por vez primera y no tuve demasiados problemas ni para explicarme ni para que me prestaran atencion. Tras las presentaciones de rigor les deje algo de tiempo libre con el unico proposito de poder comprarme un buen libro en algun Dutty Free, pero me fue imposible por falta de tiempo: algunos de ellos no se alejaban de mi y no paraban de hacerme todo tipo de preguntas. Asi que aqui estoy, sin libro al que poder echar mano. En el avion no dieron demasiado la lata, pero el trabajo no solo no se detuvo, sino que se multiplico. No pare ni un instante, ya que tenia que supervisar de vez en cuando que todos estaban bien, ayudarles uno a uno a rellenar correctamente la cartilla de inmigracion, aclarar sus dudas, vigilar que no armaran escandalo, preparar la documentacion de las familias de acogida a nuestra llegada, etc. Para colmo de males, cada uno estaba sentado en un sitio distinto del aparato, asi que imaginad las caras de las azafatas cada vez que se cruzaban conmigo en medio de los pasillos. Los pocos momentos de relax los pase hablando con una chica muy agradable de mi edad que estaba estudiando Piano en Nueva York (flipad!). Era de Valencia y debia tener mas pasta que Cristiano Ronaldo, ahora que esta tan de moda. Me alegro de haberla conocido porque se agradece un respiro entre tanto ajetreo con adolescentes.
Los problemas llegaron al aterrizar. Tres de mis estudiantes no veian salir sus maletas. Esperamos en vano durante 40min al lado de la cinta transportadora, pero las dimos por extraviadas y tuve que acompanharlos a la oficina de la companhia aerea a reclamar. Es un conhazo, pero tengo que deciros que menos dificil de solucionar de lo que habia pensado. Y mientras tanto, los otros 16 esperando aburridos mi regreso al otro lado de la gigantesca sala de recogida de equipajes. Cuando ibamos a salir en el autobus con destino a Ottawa, acompanhados por uno de los responsables de Red Leaf en Montréal (que no me pudo llevar mi telefono de contacto canadiense, he aqui otro contratiempo), una senhorita de Air Transat nos localizo in extremis para informarnos de que milagrosamente las maletas habian aparecido. Que alegria me lleve al ver como cambiaba la cara de los tres chicos. Son de los mas timidos del grupo y estaban nerviosos y preocupados. Ya estaba preparando mi discurso para consolarlos...
Tras mas de dos horas y media de autobus, finalmente llegamos a Ottawa rozando las 22h (hora local), despues de casi un dia entero de trabajo ininterrumpido por mi parte desde que saliera de Madrid. Alli conoci a la responsable de las familias de acogida, Penny Sherwood (si, como el bosque de Robin Hood!), una senhora de unos 60 anhos (que aqui el tipo de malentendidos a los que aludia anteriormente, jeje) muy extrovertida y simpatica, que ya me llama "Spidey", por una conha que tuvimos con Spiderman hace un par de dias. Todos mis estudiantes, reventados del viaje, se marcharon en orden con sus respectivas familias, yo incluido. Otro dia os contare un poco mas sobre ese tema.
Y finalmente, cuando pensaba que todo por fin habia terminado y andaba lidiando con la mujer y el chaval con los que vivo in english, you know ;-), recibi una llamada de Penny a las 23h de la noche, explicandome que por un error en la asignacion de los hogares, a una de mis chicas le habian dado una familia con dos perros... y ella es alergica! Al dia siguiente, madrugon y a solucionar el entuerto cambiandola de casa. La pobre tenia los ojos hinchados y rojos la manhana del domingo cuando fui a verla. Por suerte arreglamos el desaguisado en solo unas horas.
En fin, se acerca la hora de la comida aqui y tengo trabajo pendiente. Os ire contando poco a poco y al mismo tiempo encontrare la ocasion de ir escribiendoos e-mails a todos. Os tengo en mi cabeza cada vez que camino por los pasillos del colegio, por las avenidas de Meadowlands o cuando me acuesto cada noche. Un abrazo muy fuerte desde el otro lado del Atlantico.

viernes, 3 de julio de 2009

Destino Canadá

Me voy a la cama en un rato con un revoltijo de nervios que seguramente me dificultarán conciliar el sueño esta noche. Llevo media semana así. Mañana es el gran día; la fecha en la que me marcho a Ottawa a vivir durante cinco semanas como monitor de un grupo de chavales de intercambio dentro de uno de los muchos programas veraniegos que oferta una empresa, Red Leaf, de la que a buen seguro ya os habré hablado hasta la saciedad. Estoy bastante intranquilo (para qué negarlo), pero muy ilusionado con esta experiencia. Eso de tener a 19 estudiantes menores de edad a mi cargo durante más de un mes supone una enorme responsabilidad que afronto con el típico miedo a lo desconocido y con la esperanza de que todo salga estupendamente durante todo este tiempo. Como me ocurre siempre que viajo, no paro de darle vueltas a la cabeza a ver si llevo todo lo que necesito, y cuanto más lo pienso más siento que se me olvida algo. Casi mejor haré el último repaso a mi equipaje mañana mismo antes de salir hacia Barajas, no vaya a ser que me vuelva loco. Lo digo con conocimiento de causa: soy un maníaco compulsivo con este tipo de cosas.
El vuelo sale de Madrid a las 15.15h y durará unas ocho horas. Confío en que no surjan problemas como retrasos, adolescentes rebeldes, etc. Aterrizaremos en Montréal y desde allí viajaremos en autobús hasta Ottawa, donde nos encontraremos con nuestras respectivas familias de acogida, con las que conviviremos a lo largo de todos estos días en la capital del país. Espero que los chicos se porten bien en todo momento y que los responsables de inmigración y aduanas canadienses sean benévolos con nosotros. Sin mucho más que decir, salvo quizás recalcaros las grandes expectativas que me he creado del bonito lugar al que me dirijo, me despido por hoy. Prometo actualizar el blog tanto como me sea posible para contaros anécdotas y vivencias de esta gran aventura al otro lado del Atlántico. Será mi pequeño cuaderno de bitácora y al mismo tiempo la forma más rápida y cómoda de sentiros a todos cerca. Os echaré de menos.
Nos vemos a partir del 8 de agosto. Feliz mes de julio!