Después de terminar -exhausto- los exámenes de febrero, que como ya sabéis los que me conocéis bien, poco tiempo me han dejado para la vida social y aficiones varias; continúo la producción del Manual hablando de una de las celebridades del último mes en Madrid: la presidenta de la Comunidad, Doña Esperanza "Cuaresma" Aguirre. Aprovecho para disculparme por mi promesa fallida de cubrir todas las jornadas del 6 Naciones de rugby. Hace dos findes sólo pude ver el Francia-Irlanda y no me parecía correcto hablar únicamente de ese partido y con el retraso de una semana. Historia del periodismo español y Opinión pública tienen la culpa. A ver si para este domingo retomo la propuesta.
Decía que a Doña Cuaresma, que ayer por fin se besaba con Gallardón durante la inauguración del nuevo Intercambiador de Moncloa; vamos a tener que rebautizarla como "la Senyora Quaresma", que si Èlia no me corrige, es como podríamos traducir su nuevo apelativo, siempre cariñoso por parte de Alberto, al catalán. Por cierto que dicho sea de paso, ya era hora de acabar con el grueso de las obras del nuevo Intercambiador, que comenzaron más o menos cuando yo empecé la carrera, y me han acompañado todos estos años. Aunque eso ya es otra historia, uno hasta les acaba cogiendo cariño después de tantos atascos!
Pues bien, el pasado 11 de febrero, un pelín antes de que Rajoy explicase a Gabilondo en Cuatro su promesa electoral de permitir a los niños catalanes cursar todas sus clases en castellano porque, según él, a los niños de Cataluña se les priva de hablar en la lengua de Cervantes, no vaya a ser que la pierdan; Doña Cuaresma, madrileña catalanista, salió a la palestra para anunciar desde Lleida que el próximo curso los padres que lo deseen podrán escolarizar a sus hijos en catalán en la Comunidad de Madrid y que, si se inscribe un número suficiente de alumnos, se creará un colegio público bilingüe que se llamará Josep Tarradellas en honor al ex presidente de la Generalitat.
Olé! Que diría alguno. Justo lo contrario de lo que quiere hacer el presidente de su partido en Cataluña, lo quiere hacer la presidenta en Madrid. Porque en Madrid se habla mucho catalán, claro está. No vaya a ser que los niños de aquí lo pierdan, qué sé yo. Aunque ahora que lo pienso, también podríamos hacer un colegio bilingüe en gallego para que personas como yo no nos sintamos discriminadas. Y otro en vasco, para impulsar el uso del euskera. Incluso ya puestos con los idiomas, podríamos fomentar más el inglés, que igual hasta nos beneficiaba más allá de nuestras fronteras.
"Estimats afiliats y simpatitzants del PP", comenzaba su discurso la Senyora Quaresma. Ay, quién sabe! A juzgar por su acento barcelonés, igual Doña Cuaresma hace lo mismo que hacía Anzar cuando era Presidente del Gobierno; hablar catalán en la intimidad...
Decía que a Doña Cuaresma, que ayer por fin se besaba con Gallardón durante la inauguración del nuevo Intercambiador de Moncloa; vamos a tener que rebautizarla como "la Senyora Quaresma", que si Èlia no me corrige, es como podríamos traducir su nuevo apelativo, siempre cariñoso por parte de Alberto, al catalán. Por cierto que dicho sea de paso, ya era hora de acabar con el grueso de las obras del nuevo Intercambiador, que comenzaron más o menos cuando yo empecé la carrera, y me han acompañado todos estos años. Aunque eso ya es otra historia, uno hasta les acaba cogiendo cariño después de tantos atascos!
Pues bien, el pasado 11 de febrero, un pelín antes de que Rajoy explicase a Gabilondo en Cuatro su promesa electoral de permitir a los niños catalanes cursar todas sus clases en castellano porque, según él, a los niños de Cataluña se les priva de hablar en la lengua de Cervantes, no vaya a ser que la pierdan; Doña Cuaresma, madrileña catalanista, salió a la palestra para anunciar desde Lleida que el próximo curso los padres que lo deseen podrán escolarizar a sus hijos en catalán en la Comunidad de Madrid y que, si se inscribe un número suficiente de alumnos, se creará un colegio público bilingüe que se llamará Josep Tarradellas en honor al ex presidente de la Generalitat.
Olé! Que diría alguno. Justo lo contrario de lo que quiere hacer el presidente de su partido en Cataluña, lo quiere hacer la presidenta en Madrid. Porque en Madrid se habla mucho catalán, claro está. No vaya a ser que los niños de aquí lo pierdan, qué sé yo. Aunque ahora que lo pienso, también podríamos hacer un colegio bilingüe en gallego para que personas como yo no nos sintamos discriminadas. Y otro en vasco, para impulsar el uso del euskera. Incluso ya puestos con los idiomas, podríamos fomentar más el inglés, que igual hasta nos beneficiaba más allá de nuestras fronteras.
"Estimats afiliats y simpatitzants del PP", comenzaba su discurso la Senyora Quaresma. Ay, quién sabe! A juzgar por su acento barcelonés, igual Doña Cuaresma hace lo mismo que hacía Anzar cuando era Presidente del Gobierno; hablar catalán en la intimidad...
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