
El caso de este indonesio despertó el interés del dermatólogo estadounidense Anthony Gaspari [en la foto], quien tras descubrir a Dede por casualidad en un documental del Discovery Channel, decidió viajar hasta su aldea natal para tratar su dolencia e intentar ayudarle. Sumido en la más absoluta pobreza, abandonado por su mujer y al cuidado de dos hijos, Dede tiene dificultades para ganarse la vida mientras sus vecinos se burlan de su aspecto cada día y el crecimiento de sus raíces va poco a poco impidiéndole caminar correctamente. La única forma de poder subsistir consiste en exhibirse a los turistas en cuanto tiene ocasión, por unas míseras monedas, antes de que sea demasiado tarde y esté tan cansado que prefiera plantarse en algún solitario rincón de la selva para siempre y convertirse así definitivamente en árbol. Gaspari cree tener la solución. Solo necesitan ayuda de las empresas farmacéuticas y confiar en que el tratamiento dé sus frutos en unos meses. Quizás tras ese tiempo, Dede pueda volver a pescar.
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