sábado, 17 de octubre de 2009

Respeto periodístico

A veces el periodismo puede ser un oficio de lo más ingrato. Lo que hace grande a mi profesión es que el reportero de turno un buen día tiene que entrevistar al Presidente del Gobierno y al siguiente a un gitano que acaba de apuñalar a otro. En eso consiste ni más ni menos nuestro trabajo, para bien o para mal. En adaptarse a las personas protagonistas de la noticia para contar lo que pasa en el mundo. Y que a nadie le quepa duda de que son esas personas las que aportan la citada ingratitud a la que aludía anteriormente.
El problema que tenemos los periodistas es que la labor mediadora que desempeñamos en nuestro ejercicio profesional no nos permite defendernos en el momento de los despropósitos, injurias y en ocasiones insultos a los que nos vemos sometidos. Imagino que a mis compañeros ganas de contestar no les faltan muchas veces. Cuando hay que preguntar a personajes que llevan con tan contumaz fanfarronería la bandera de la grosería, la desfachatez y la mala educación, es difícil morderse la lengua. Pero el estilo periodístico nos impide replicar. Se dice con frecuencia que los que descalifican a los demás delante de cámaras y micrófonos ya se descalifican solos, y parece que esa reseña deontológica no escrita sustenta nuestra moralidad, que debe estar por encima de las faltas personales y la tomadura de pelo que muchas veces padecemos.
Pues bien, viendo comportamientos recientes de tipejos desvergonzados que aparecen en los medios, me pregunto hasta qué punto los reporteros deben cerrar el pico cuando las declaraciones confunden la hipocresía más mezquina con la indecencia más lamentable hacia los demás. Porque a priori Francisco Camps, Presidente de la Generalitat Valenciana, y Diego Armando Maradona, seleccionador de fútbol de Argentina, pueden ser dos individuos tan dispares informativamente hablando como el Presidente del Gobierno y el gitano de mi ejemplo anterior (y perdón por la comparación, que siempre es odiosa). Pero si algo tienen en común los dos, es la frivolidad que emplean al hablar para defenderse de las preguntas o situaciones que les incomodan; cada uno en su estilo, rozando lo asqueroso.
Porque eso de que los periodistas se la chupemos a Maradona toda vez que superó la hecatombe que hubiera sido que su selección se quedara fuera del Mundial de Sudáfrica, es lo más bochornoso que he escuchado en los últimos meses en los medios. Toda la grandeza que tenía "El Pelusa" como futbolista es la chabacana impertinencia con la que trata a la prensa ahora. Los periodistas no tienen la culpa del mal juego de la Albiceleste, ni la necesidad de escuchar cómo su seleccionador suelta pestes cada vez que es acorralado en una rueda de prensa. Hacen su trabajo con el respeto que no les es devuelto.
Y porque sinceramente escuchar al señor Camps responder a las preguntas de la prensa con un socarrón "son ustedes muy amables, muy agradables", producen ganas de estallar y recordarle al President que los reporteros sólo cumplen su deber de interrogar a uno de los principales sospechosos de corrupción de la trama Gürtel. Menos ironías y más sentido de la responsabilidad y deferencia hacia unos honrados trabajadores que tienen más de agradables en su trato y buen hacer que algunos quizás mejor trajeados que ellos, que responden sin autocrítica, sin respeto y echando siempre balones fuera. Mira, parecido a como hace el equipo de Maradona.
En un día triste para el periodismo deportivo como hoy, despido mis reflexiones con el breve recuerdo a uno de los más grandes. Andrés Montes, jugón, descansa en paz y gracias por enseñarnos, entre otras muchas cosas, que la vida puede ser maravillosa.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Oasis, D. E. P.

Estaba yo en Galicia, donde he aprendido a desconectar de todo y a revitalizar el amor propio a base de alimentar sueños y proyectos de futuro. Las playas de mi tierra, en el "curruncho" del noroeste donde están mis raíces, es lo que tienen de balsámico. Fue entonces cuando me enteré de la condenada noticia: Noel Gallagher abandona Oasis. La razón, dice en un escueto comunicado en la web oficial de la banda, es que la relación con su hermano Liam (vocalista del grupo) es insostenible. Anteriormente Noel ya los había dejado tirados en dos ocasiones, según parece por el mismo motivo. Pero esta vez, muy a mi pesar, me temo que a la tercera va la vencida y Oasis se ha terminado para siempre. Quiero soñar todavía con que harán las paces como buenos hermanos. Sin embargo, lo que más me desalienta del asunto, es que precisamente de buenos hermanos los Gallagher tienen poco.
Le pediría a Noel desde aquí No te marches, No vuelvas al enfado con Liam. Quisiera sugerirle que reconsidere su decisión. Consentir una última oportunidad. Principalmente porque sus miles, millones de fans, lo son también de Oasis, de la que él es parte indisoluble, su alma-máter y principal valedor; su esencia y su verdadera Estrella del Rock & Roll. Sin ti Oasis se muere, entre Cigarrillos y Alcohol. Aunque sea Quédate por mí, Noel, en la que sigo y seguiré considerando no sólo la mejor banda de pop-rock de los 90, sino también la mejor de la historia junto a los Beatles; esa historia que tú has escrito con letras memorables, auténticos himnos de la música moderna, Todo alrededor del mundo durante estos últimos más de 20 años.
Estamos aquí ahora, todos tus seguidores, tan secos y tristes, que únicamente queda Deslizarse a la colección de discos que deja vuestro legado, a la nostalgia del vacío musical donde ya No causa sombra nadie a vuestro inmejorable talento. Entiendes a lo que me refiero? Con vuestro repentino final, que Alguien podrá decir que por temido, era de esperar tarde o temprano, ahora Quién siente amor? Cuál es la historia en su mañana de gloria? Qué será de mis preferencias musicales de hoy en adelante? Quién se atreverá a imitaros? Espero, pienso, creo que nadie será capaz de semejante proeza; de llevar a cabo ese Plan maestro que sería sustituiros.
Hazte a la idea de que el Pájaro cantor se ha quedado mudo porque tu adiós supone, Poco a poco, Ir cayendo en la melancolía y en la amargura de que vuestra ausencia será más dura que chocar de bruces contra la Pared maravillosa que acaba de derrumbarse. Vuestro repentino fin es como pasar a tener de repente un pedazo de corazón arrancado, no saber con quién Hablar esta noche; Mitad del mundo más lejos. Pero si no quieres o no puedes continuar, lo entiendo. Aunque llore yo o llore Lyla. Es una pena, una Canción triste, pero la asumo. Imagino (o intuyo de tus palabras más bien) el calvario personal que habrás sufrido en la última gira, así que vale; basta de metáforas deprimentes. Estoy pensando que, total, lo mejor que puedo decirte llegados a este punto es que me consuela enormemente haber formado parte de esa generación brit-pop que ha crecido con vuestra música y tanto os ha venerado. Ir a sacarlo fuera, para revelar ese gran secreto a la gente, es justo lo que pienso hacer. Reconoceros y defenderos como los mejores allá por donde vaya, aunque ahora mismo no me sienta muy Supersónico que digamos. Os lo debo por tantas horas de buena música en la invisible compañía de tus guitarras sonando en la radio de mi habitación, desde que tenía 12 años y os descubrí por primera vez. Tal vez vuestro viaje haya acabado definitivamente, como perdiéndose en una ensoñadora Supernova de champagne que no hace más que Apagarse. Pero, Noel, si vuestro propósito era tocar y Vivir para siempre, lo habéis conseguido. Sois, al menos para mí, inmortales.

lunes, 10 de agosto de 2009

Diario del Canadá (recuerdos)

Pues ya estoy en casa; recién llegado del país de los arces, con la maleta vacía, la cabeza llena y algo descolocado todavía por el jet lag y el calor insoportable de Madrid en agosto, que tampoco ha querido faltar a mi bienvenida. Me alegro de poder estar por fin de vuelta para veros a todos, contaros en persona mi periplo canadiense y enseñaros las fotos. Me alegro también y especialmente de volver a recuperar los acentos y mi añorada letra ñ para el blog. En Ottawa me quedaba siempre la sensación de que cada post era como un hijo mío perfectamente bien vestido para su Primera Comunión, pero despeinado a la hora de las fotos: las faltas de ortografía, por obligadas, no dejaban de hacerme sentir incómodo con el resultado final. Manías que tengo.
En fin, qué queréis que os cuente por aquí a estas alturas que no sepáis todavía: ha sido una experiencia maravillosa, especial, fantástica e inolvidable. Tengo mucho que agradecer a todas aquellas personas que han hecho de mi estancia en Canadá un recuerdo imborrable que me hace sonreir cada vez que me teletransporto mentalmente 5.700km al oeste. Regresé habiendo cumplido todos mis pronósticos: viajé y disfruté de un lugar precioso, conocí a gente increíble, visité tres de las cuatro ciudades más importantes del país y me probé a mí mismo para averiguar si la pasta de la que estoy hecho da para poder ser docente algún día, esa receta de cocina que tengo guardada para cuando el Máster y el Doctorado dicten que haya que cambiar el menú. Y bueno, pagué la novatada en algunos aspectos, como creo que era previsible, pero los macarrones, esa pasta de la que hablaba, aunque crudos por el momento, tienen un gusto que promete. La salsa que yo añada será en realidad la que decida mi vida con sus caprichos estos próximos años. Y por lo demás ya se irán cociendo. Tampoco tengo prisa.
No tengo mucho más que añadir a este pequeño cuaderno de bitácora del barco canadiense en el que me he enrolado las últimas cinco semanas. Recién desembarcado del Explore Ottawa, sólo reiterar una vez más mi profunda gratitud hacia todos vosotros, mis AMIGOS, que habéis estado siempre ahí apoyándome con vuestros mails y comentarios en mi blog para que nunca me hundiera en esas frías aguas del Atlántico donde otros, como el Titanic, perecieron. Sin vuestra compañía permanente al otro lado del océano, tal vez no hubiera llegado a ser otro náufrago famoso, pero seguro que las olas de los problemas que a veces me golpearon habrían sido más grandes. No acostumbro a ser efusivo ni transparente y lo sabéis bien, pero haré hoy una excepción: os quiero.
Y como no me apetece quedarme sin anécdotas que contar para cuando os vea personalmente, me despido con una soporífera enumeración de recuerdos que, desordenados, se agolpan sin sentido en mi cabeza. Recuerdos que me recuerdan (valga la redundancia) que Canadá no ha sido un sueño, sino un sueño hecho realidad. A lo James Joyce, pero sin su maestría, por supuesto. Para todos vosotros, mis compañeros de viaje:

"Con este monitor sus hijos se lo van a pasar en grande, se lo aseguro. Cuida mucho de mi Kike; ese chico de pelo rizado rubio, que es lo que más quiero en el mundo. Espero, por vuestro bien, que nadie lleve drogas consigo a Canadá porque el que desafíe las normas seguramente no pueda entrar en el país. No os preocupéis, chicos, que las tres maletas que faltan aparecerán. No tienes mi teléfono, Diego? Son las dos de la madrugada en España y aquí atardece en los Grandes Lagos. Manu, cuándo nos dan las tarjetas para llamar a casa por teléfono? Manu, qué es un Scavenger Photo Hunt? Manu, vamos a tener que pagar más por algunas actividades? Pues todavía no lo sé. No lo sé, Alberto. Eso nos lo confirmarán el lunes en el primer día de clases, la verdad es que no lo sé. Y esto es Ottawa? Si no parece una ciudad! Ni un solo ruido. Como que usted, señor conductor del autobús, no sabe llegar a la estación de Baseline? Ay, dios... Hi, it's Rachel, nice to meet you. Hi, it's Manu, the spanish leader; very nice to meet you too. Estarás hambriento, voy a llamar a Andréas para que prepare una pizza. Um, la casa está bastante desordenada, pero la habitación mola, tengo mini-nevera y tele propia! Pero qué gato más grande, por favor! Tienes que lavarte siempre las manos antes de entrar en casa, por si traes gérmenes contigo. Con la salud no se juega. No entiendo nada de lo que me dicen por teléfono, dios! Hay que cambiar a una niña de casa? La primera noche ya? Alergia a los perros, uf, qué desastre. Hi, I'm Philippe, from Sherbooke. Welcome to Ottawa spanish people. Hi, you must be Manuel; I'm Luismi, haha! Qué tal están mis chicos el primer día de clase? Bueno... Yo soy Kate, la jefa de estudios, cualquier cosa que necesites no dudes en contar conmigo. Bienvenidos al colegio, Luismi y Manu, los dos monitores españoles! Estimada Lidia, te escribo porque necesito las autorizaciones por fax antes del viernes... Aquí tienes que probar las hamburguesas de Harvey's, que están deliciosas. Sabes bailar Michael Jackson? Qué pena lo de Michael Jackson, verdad? Te voy a presentar a las cajeras del supermercado, que son muy guapas. Encantada. Encantado. Porque los gérmenes... Nos gusta mucho el soccer aquí en Canadá, más que el baloncesto. Mira, una ardilla! Squirrel! Point! Dos de tus alumnos tienen un warning por hablar en español en el colegio, creo que tienes que ir a hablar con Silvia. Manu, como se dice en inglés...? Manu, podemos cambiarnos de workshop? Es que no nos gusta nada el que nos ha tocado! Awesome! Me gustaría invitaros a ti y a Luismi a cenar a mi casa con unos amigos míos españoles. Cómo llueve en Ottawa. Squirrel! Oh, mon dieu, Phil! Je te comprends, que je sais parler français! Buah, qué pasada la Downtown, qué rascacielos; wooow! Tres de tus alumnos están hoy castigados de 15h a 16h por hablar en castellano. Volvo. You're a bastard. Manu, jo, que me han puesto una detention. Suena Billie Jean, de Michael Jackson. Menudo funeral con 24h de seguimiento en la CNN. Nadie fuma en esta ciudad? Qué jardines, dios mío! Un arce por aquí, un arce por allá. Sirope de arce. Galletitas de arce. Mantequilla de arce. Hoja de arce. Caramelos de arce. Helados de arce. Arce, arce, arce. Todos los vecinos tienen perro, pero no hay ni una sola mierda de perro por las calles. Anda, mira; otra ardilla: squirrel! Dude, check! It is so awesome; so awesome...! Nadie cierra con llave la puerta de casa. Pero bueno, es que nadie cierra con llave aquí el coche tampoco? Es que nadie roba aquí la bicicleta?? Conejos delante de casa correteando por el jardín. We call them boonies. Ay, pero que rara es esta tía y que mal conduce, por favor. Va comiendo pipas en el coche? Duda existencial: café mocca del Starbucks, double expresso del Second Cup o French Vanilla del Tim Hortons? Chesterton St. Casi no hay gente por la calle. Un matrimonio formado por un hombre negro, una mujer rubia albina y su hijo mestizo; todo un ejemplo de multiculturalidad y tolerancia el de Canadá. Los martes son el día de la basura y hay que sacarla toda fuera para reciclar. Familia Wynter-Jarret. Me encantaría colaborar en su clase. Squirrel! Point! Y dice usted que no puede firmarme el seguro como médico porque no está en inglés? Y por qué me dieron entonces todos los papeles en castellano!? Let's play basketball, guys! Oh, Manu; you're pretty good! No sé recargar el saldo del teléfono canadiense: The pin number is incorrect, please, try another pin number. Me cago en la p... María y Eva, habéis estado hablando durante todo el castigo, espero que no se vuelva a repetir una actitud así. Suena I gotta feelin', de los Black Eyed Peas. Mira, Manu, hemos hecho esta mariposa con revistas viejas y te la quiero regalar. Ey, muchas gracias, Bea! I've got a feeling... that tonight is gonna be a good night... Manu, puedo cambiarme al taller de animadoras? Hey, guys, this is Manu, he's a journalist in Spain and he will help me with this workshop, you can ask him whatever and he is gonna be a support for us. Me voy a Montréal, yeeehah! Qué ciudad más bonita. De compras por Saint Catherine, tra, la, la. Awesome possum!!! Quién tiene tarjetas de Maple leafs? Que hay premios! Gracias por la elegancia y rapidez con la que has resuelto el problema, Manu, me quedo más tranquila sabiendo que tú eres el monitor de mi hijo allí. Mis chicos del Québec, qué bien juegan al Póker! Merci, Manu! Manu, que me duele la garganta... Squirrel! Oye, María, qué es lo que pasa? Que me han dicho desde la oficina en Madrid que todavía no has llamado a tus padres y están muy preocupados. Me parece, Silvia, que no es un buen sistema y creo que estos dos últimos castigos son injustos. Las reglas son las reglas para todos y yo no puedo hacer nada. Manu, me han puesto un warning, jooo. Manu, cuántos kilos podemos llevar de equipaje como máximo? Qué grande eres, Dave! Esos Raptors! Look, dude, this is a really geek t-shirt: rock, scissors, paper, lizard, Spock! Estimados Diego, Lidia y Ainhoa; he aquí mi tercer informe semanal del programa Explore Ottawa, bla, bla, bla... Buah, un castor! Penny, you're Wonderwoman! And you look like Spiderman! So just call me Spidey! Qué grande es Contador. Manu, is the best; Manu is the best. Manu, we love youuu! Ey, vamos a sacarnos todos una foto con Manu. Tío, eres lo más grande, sabes de todo, como todo buen periodista! Manu, que creo que he perdido el móvil. Manu, no sé donde dejé la cartera. Squirrel! Joder, pero cómo llueve en Ottawa! El concierto fue impresionant! Probemos el putting. Quedamos en el Starbucks de Manu a las 18h. Esto, Rachel... a qué hora vamos a salir de casa entonces? Oh, my god, haha, you're so crazy...! Hey, take care, I'll miss you, my spanish friend. You were very nice with us, thank you for everything! Do you know Gipsy Kings? Do you know Calderón? Torontontera! Cómo mola esta ciudad. No me subo a la CN Tower ni de coña. Armando, no sabes qué alegría verte por aquí! Querido blog... Las cataratas del Niágara, puf, flipas. Sobrecogedoras. Awesome! Manu, a qué hora salimos el viernes? Qué horteras visten aquí. Let's take a look in Roots. Oh, come on, man; Roots is so awesome! Phil, qu'est-ce qu'il pass? Federer is the best. Amanda, we love you; Amanda, we love you! Meiniu, you're so nice and cute! Yo me apunto al rafting y a los karts, yo me apunto a todas. En Victoria no era así... Qué pedazo tormenta en Ottawa. Manu, eres un crack. Arianne, qu'est-ce qu'il pass? Te voy a echar mucho de menos, tío. Dame tu e-mail address. Squirrel! Nos vamos, que nos vamos por fin a España. I've got a feeling, uh, uhhhh! Que despegamos, adiós Canadá! Tierra de los castores. Tierra de los alces. Tierra de las ardillas, another squirrel! Tierra de los arces. Hasta pronto, Luis, cuídate mucho. Seguid así, chicas; un placer. Todo ha ido estupendamente, se han portado muy bien. Estamos muy satisfechos con tu trabajo, creemos que has cubierto las espectativas, enhorabuena. Al fin en casiña. That tonight is gonna be a good niiiight..."

jueves, 6 de agosto de 2009

Diario del Canada (Ottawa & Montréal & Toronto)

Posiblemente este sea el ultimo post sobre mi aventura canadiense que escriba desde Ottawa, mas que nada porque con todo el trabajo que me espera estos dias no creo que me vaya a dar tiempo a redactar el otro que tengo en mente antes del viernes. Prefiero no comprometerme por si acaso y rematar esta serie de cartas desde la otra orilla del charco con un pequenho paseo por las tres grandes ciudades que he podido conocer durante estas semanas. Con remite intimista y personal. Para todos vosotros con carinho. Bajo sello con forma de hoja de arce, antes de volver a pisar Madrid.
En un primer momento iba a titular esta misiva simplemente "Ottawa", para hablaros un poco de la ciudad que tan bien me ha acogido durante este ultimo mes y pico. Sin embargo por falta de tiempo y agotamiento de neuronas, decidi finalmente que seria mas interesante contaros de forma breve en un mismo texto las diferencias y similitudes que he encontrado entre la capital, Montréal y Toronto, especialmente ahora que estoy recien llegado de conocer esta ultima. Quisiera aprovechar para mandaros muchos animos y desearos mucha suerte a todos los que estais empezando estos dias vuestro programa de Red Leaf. Y por supuesto repetirle a Armando por aqui lo que ya le dije en persona el pasado sabado: no sabes que alegria me dio verte por Toronto! A tu regreso tenemos pendiente una cervecita por Malasanha para que me cuentes con calma ;-)
Siento que se acaba mi periplo americano y siento igualmente que Ottawa vaya a pagar el pato del nuevo enfoque de mi carta abierta. Y es que el agravio comparativo va a dejar a mi ciudad adoptiva muy mal parada con respecto a las otras dos, mucho mas grandes, bonitas e interesantes sin duda. Digamos que no se pueden contrastar, aunque yo vaya a intentarlo.
Ottawa es una ciudad que aspira a serlo, pero sin pretenderlo. Explico la aporia. Hablamos de un centro urbano pequenho, con unos cuantos rascacielos de juguete en torno al edificio del parlamento canadiense. Hasta ahi podemos considerarla una ciudad. Pero cuando nos alejamos de la downtown un par de kilometros en cualquier direccion, se acabo lo que se daba. Ni rastro de cemento, ni grandes torres acristaladas; solo pequenhas casas unifamiliares agrupadas en barrios residenciales tranquilos y aislados, rodeados por un enorme cinturon de parques y granjas que circunscriben el area metropolitana y que impiden que Ottawa pueda seguir creciendo. Y por ley. La naturaleza todavia manda en Canada.
Y es que cuando llegue el dia 4 de julio, la primera sensacion que tuve fue la de que no estabamos en una ciudad. El distrito de Nepean en el que duermo, a unos 25km del centro, se encuentra tan alejado del mundanal ruido, que uno vive libre bajo el abrigo de los bosques cercanos; libre del cautiverio de cualquier jaula de asfalto llena de trafico y gente. Pero el caso es que hablamos de la capital, no nos olvidemos. Un titulo que le cayo a Ottawa casi de rebote; por su posicion estrategica y mediadora a modo de nexo entre el Ontario anglosajon y el Québec frances. Precisamente por ello, para cumplir con esa vitola, los ottawenses, que diriamos, decidieron construir un centro de negocios en torno a la pequenha colina en la que colocaron el Parlamento; edificio majestuoso y senhorial con su estilo neogotico ennegrecido por la humedad y su gran torre de la paz, hermana pequenha del Big Ben de Londres.
El plano es casi cartesiano. El rio Ottawa al norte y el Rideau al este forman una especie de T. En la esquinita donde se unen; la casa del gobierno canadiense. Hacia el oeste, rodean la colina un par de parques y domicilios residenciales hasta Kanata, la ciudad dormitorio por excelencia. Rumbo al sur, la downtown y su radical transformacion en unas afueras despobladas entre autopistas. Al este queda su mercado y su zona de bares, encajada con calzabotas entre el Rideau y su canal, secundado en su travesia por flores preciosas a la sombra de las embajadas. Cuando no llueve, pasear por ahi es una delicia. Pocos paseos me pude pegar.
Ottawa es eso en resumen. Por ello decia que ciudad, en tanto que tiene un centro urbano con montones de tiendas y apariencia de gran metropolis. Por ello contaba que aspira a serlo, porque es la capital del pais y necesita darse esa grandeza. Por contra sin pretenderlo, porque sus habitantes se han esforzado mucho para que las tranquilas afueras tengan aqui el protagonismo, al reves de lo que ocurre siempre en Europa.
Montréal es la belle ville, como ciudad la que mas me gusto de las tres. Es una isla gigante urbanizada en su practica totalidad, con una interesante mezcla de arquitectura americana de grandes edificios y varias reminiscencias europeas a lo frances classique. Tiene todo lo que le falta a Ottawa: ambiente y gente por todas partes; justo lo que define a las grandes ciudades. Ir de compras por Saint Catherine es un ejemplo perfecto de lo mas parecido que hay en estos lares a caminar por la Gran Via de Madrid. Desde el larguisimo puerto con sus barcos oxidados del Québec, pasando por su descomunal villa subterranea en torno al metro para seguir yendo de compras durante el duro invierno. Asi hasta llegar al impresionante Mont Royal que todo lo ve, colina tipica de postal pintoresca; un enorme pulmon verde que se eleva al norte, formado por parques de arces y abetos. Si, Montréal es una pasada.
Y si la joya del Québec ya mola bastante, Toronto se lleva la palma. Es la Nueva York de Canada, la mas grande e impresionante de todas las ciudades que visite; la que yo elegiria para vivir por su categoria y tamanho, por sus posibilidades repartidas entre espectaculos, museos que de verdad merecen la pena (no como en Ottawa) y deportes, metiendo en el saco a los Raptors y su apuesta casi exclusiva a nivel nacional por el baloncesto. Hablamos del motor economico y comercial del pais. La silueta de su downtown recorta el cielo canadiense desde la isla de Toronto, donde queda uno de los aeropuertos, dibujando entre nubes la sombra de los rascacielos, el hotel Sheraton, el Rogers Center y por supuesto su famosa CN Tower, desde donde los valientes pueden disfrutar de las sobrecogedoras vistas de torontontera a traves de su suelo de cristal. La brisa americana de los States llega desde el lago Ontario, desde el estado de Nueva York, y arrastra el aroma de las Cataratas del Niagara, una maravilla de la naturaleza que tuve el privilegio de contemplar desde el mismo corazon del rio y que me quedara en el recuerdo para siempre con sonrisa de serie incorporada.
En fin, llevo con mi pequenho articulo desde el martes, sacando partido de pequenhos ratos libres sueltos. Hoy jueves toca cena de despedida en el colegio y manhana nos marchamos de vuelta para Espanha. Una vez en casa cerrare definitivamente esta serie con mi ultimo post. Lo mejor que puedo decir por ahora del programa Explore Ottawa es que ha sido una aventura increible que volveria a repetir una y otra vez. Por delante tengo toda una vida para lograrlo que comienza dentro de poco con mas de diez horas de viaje, entre autobus y avion. Aterrizamos en Barajas el sabado a las 12.30h del mediodia. Hasta pronto Canada, hasta pronto a todos!

jueves, 30 de julio de 2009

Diario del Canada (un dia cualquiera)

Os he hablado ya de muchas cosas sin apenas haberos contado acerca de mi dia a dia en Ottawa. Quizas escribir sobre la vida que llevo aqui sea el apartado menos importante de mi aventura, pero no necesariamente por ello el menos interesante. O eso quiero pensar sin caer en el egocentrismo. Concededme un homenaje a lo Show de Truman y yo os prometo dar con el cuento que mejor describa una jornada normal en la capital canadiense. Que hago y que dejo de hacer desde que levanto hasta que me acuesto. La historia de 24h cualquiera que sirvan como paradigma para ilustrar el programa Explore al completo, desde que llegase el 4 de julio hasta que me marche de aqui en poco mas de una semana.
Un dia cualquiera en Ottawa comienza a las 7.30h; las 13.30h en Espanha. En ese momento suena mi despertador con el mitico On the sofa, de Sidonie. Tras los 10min de rigor acurrucado entre las sabanas, uno de los mayores placeres que existen, reacciono y me levanto cegado por la luz del sol que cada mahana evidencia la ausencia total de persianas en las casas canadienses. Subo las escaleras y saludo al gato, que dormita ocupando entero uno de los escalones con su descomunal barriga. El me mira y bosteza; creedme, lo tengo en el bote. En el banho de la segunda planta me ducho y me visto. Luego bajo a la primera para desayunar en la cocina. Suelo tomar un vaso de zumo, cereales con leche a la que anhado un poco de cafe instantaneo y alguna cookie o un trozo de cynamon, un tipo especial de pastel que hacen aqui y que esta delicioso. Posteriormente me preparo el almuerzo para despues, termino de asearme y salgo de casa a eso de las 8.45h, con mi mochila a cuestas y una pequenha carpeta donde tengo a mano la informacion mas importante.
El paseo hasta el colegio dura unos 15min o lo que es lo mismo, unas cuatro canciones en mi mp3. Saliendo desde mi calle cruzo Fisher Avenue y atajo por un enorme aparcamiento donde queda al lado una iglesia de arquitectura modernista. En esa explanada, los fines de semana familias enteras acuden a misa durante el dia y pandillas de jovenes escuchan musica y hacen botellon en sus coches por las noches. Camino a continuacion por Viewmont St., una de las principales arterias del distrito de Nepean, sin mas ruido que el de mis pasos y algun vehiculo aislado; rodeado de casitas tipicamente americanas con su jardincito delante y sus enormes coches aparcados enfrente del garaje. En esta zona de la ciudad, la tranquildad y el silencio decidieron casarse y luego instalarse como un vecino mas del barrio. De eso me cuentan por aqui que hace ya mas de 20 anhos. Tuvieron, poco tiempo despues, una ninha a la que llamaron seguridad, que se deja notar en cada parque, esquina, cruce o detalle, y de la que todo canadiense se siente profundamente orgulloso de haber ayudado a crecer.
Alrededor de las 9h llego a la escuela, mas o menos cuando vosotros estais empezando o terminado de comer. Las ardillas que me observan desde las copas de los arces colindantes o que corretean por la pradera son testigos de mis actos. Una vez dentro, mi ritual consiste en comprobar la asistencia de mis alumnos a clase y bajar a la sala de informatica para repasar por primera vez el correo y la prensa online de Espanha. En algunos ordenadores coloque elpais.com en favoritos, jeje. Aproximadamente una hora despues, todos los dias tenemos una reunion de monitores como si de una cumbre de altos ejecutivos se tratase, aunque de ejecutivos tengamos mas bien poco: altos si que son estos canadienses. Ni solucionamos la crisis economica, ni ampliamos mercados en Asia; simplemente fijamos el orden del dia y preparamos actividades, excursiones y juegos en los que toman parte los estudiantes. En estas asambleas intervengo poco, escucho mucho y entiendo a medias. A veces hablan tan rapido que me avergüenza pensar que ya se hayan pispado de que rio algunas bromas sin entender cual es el chiste.
Tras un breve descanso que tienen los alumnos a las 10.30h entre clase y clase y que aprovecho para hablar con ellos y sondear que todo les va estupendamente, lo que ocurra cada dia hasta la hora de mi almuerzo es una loteria. O mas que una loteria, cada jornada es un nuevo capitulo de vocabulario especifico en mi libro Aprenda ingles en Canada. Leccion 1, como hablar con la directora para quejarse sobre aspectos disciplinarios del programa; Leccion 2, claves para colaborar en una clase con un profesor del colegio sin quedar como un ignorante delante de los alumnos; Leccion 3, saber usar el telefono en Administracion para solucionar problemas con las familias de acogida; Leccion 24, manual de preguntas y respuestas con la oficinista de turno sobre el fax y como utilizarlo...
De 12h a 13h es el lunch time, mientras alla por la patria unos estais saliendo del trabajo y otros apurais el ultimo banho en la piscina. Yo en estos momentos me como el sandwich de lechuga, jamon cocido y crema de cacahuete que me fabrico (y digo bien) cada manhana. De postre el menu suele ser platano y barritas de cereales para tirar como si estuviera subiendo el puerto de montanha con plato grande. Y justo despues, si no hay mucho curro, me voy al gimnasio y reto a algunos de mis chicos y chicas a un partidito de baloncesto. Normalmente mi equipo suele ganar, pero a veces me han dejado en evidencia. Que quereis que os diga; si se me diera mejor lo de la canasta, lo mismo estaba en estos instantes de mi vida un poquito mas al sur, en alguno de los States jugando para alguna franquicia NBA.
A medida que se os hace de noche al otro lado del Atlantico, yo termino mi trabajo en la escuela Deslauriers. Coincidiendo con vuestra cena a las 21h, las 15h de aqui, generalmente suelo regresar a casa. De nuevo prefiero caminar; el autobus lo dejo para mas adelante, cuando despues de parar en mi "hogar, dulce hogar" de Ottawa a descansar un ratito, dejar mis cosas y comer algo, me marcho de nuevo a la parada mas cercana para bajarme al centro de la ciudad y perderme por sus calles durante toda la tarde. Aprovecho para desconectar, conocer la downtown, pensar y sacar fotos. Intento disfrutarlo sin mas, vivir al maximo mi viaje a la tierra de los castores. Teneros a todos presentes en mi cabeza mientras estais durmiendo y sonhando vuestra madrugada, antes de volver a coger el bus para regresar a casa, cenar y posteriormente saborear un buen te junto a mi familia, a la par que charlamos o jugamos a las cartas.
Se hacen las 11h y me voy a la cama. Al principio me metia directamente en el sobre e ingresaba en coma. Cosas del jet lag. Pero hace como dos semanas descubri de pura casualidad en un canal de la television canadiense que todas las noches de lunes a viernes me echan House. Y logicamente ha sido mi perdicion; la causa por la que cada dia me cuesta mas trabajo levantarme. Eso si: merece la pena, me baja un poquito la morrinha. Aunque os confieso que entender a mi doctor en la lengua de Shakespeare sea un reto casi imposible de superar: que dificil es comprender los dialogos, frustracion como la que les entra a sus pacientes!
A medianoche, cuando alli son las 6h de la manhana, me acuesto definitivamente. Repaso la pelicula de las ultimas 12 horas antes de cerrar los ojos y dormirme. Un dia mas, un dia menos. En Ottawa.

jueves, 23 de julio de 2009

Diario del Canada (de los monitores)

Muchas gracias una vez mas por el seguimiento que haceis a mi blog y por vuestros comentarios, de verdad. Cada vez que tengo alguno me llevo una alegria enorme. Con vuestro apoyo me ayudais a convertir esta experiencia en algo aun mas genial. Ya os lo digo a cada uno en los mails, pero tambien queria reflejarlo por aqui: sois los mejores. Esta semana pasada ha sido algo mas ajetreada que la anterior. Si en ella la nota predominante habia sido la tranquilidad fruto de la consolidada adaptacion de todos nosotros a la ciudad y al colegio, en la que acaba de terminar el ambiente se ha enrarecido tanto como el lluvioso cielo de Ottawa estos dias. El motivo, Yadi, es que aunque los estudiantes estan de "vacaciones", tienen la obligacion de hablar en ingles en todo momento dentro del centro, y eso es algo que parece que a algunos les cuesta aceptar. De ahi vienen los castigos que les imponen aqui a esos pequenhos y rebeldes reivindicadores de la lengua de Cervantes. Paradojicamente por darle demasiado a la lengua.
No obstante, hoy preferia hablaros de mis companheros de trabajo: profesores, colegas y sobre todo monitores. De la gente que me rodea, en una palabra. Quisiera deciros en primer lugar que quien estereotipe la figura del monitor como el clasico joven ultra mega chupi guay y super enrollado con los ninhos, alternativo al vestir, sin miedo a la vergüenza y amante de los juegos; acierta. Y en segundo lugar, que quien me asocie con esa clase de persona, evidentemente falla. Yo no soy monitor, por mucho que ese sea mi cargo aqui. Por unos motivos o por otros, creo que soy un chico bastante mas seriote para este tipo de cosas. Me conoceis bien: me gustan los ninhos y pese a que quizas este mal que yo lo diga, creo que no se me da mal tratar con ellos. Tambien sabeis que tengo mi lado divertido y extrovertido, que adoro los deportes y que encuentro en la ensenhanza mi vocacion frustrada. Pero no me sale del alma ese rollo de colegueo efusivo, desinteresado y cargante, ni la excitante predisposicion que los monitores locales demuestran a la hora de recortar cartulinas de colores para hacer carteles o cosas por el estilo. Por eso para desempenhar mi trabajo aqui, escojo siempre la parte mas funcional y pragmatica. Soy el primero en apuntarme a practicar algun deporte con los chicos y en ayudar a los profesores en sus clases, pero cuando se trata de decidir en las reuniones como podria funcionar mejor el taller de costura o quien se podria encargar de crear una mascara con materiales reciclables, me dedico a hacer listening.
Afortunadamente no estoy solo en esta filosofia de vida dentro del colegio Deslauriers. Ya os he hablado de Luismi, el otro monitor espanhol del programa Explore Ottawa, aunque al igual que yo, de monitor en el sentido del topico, no haya mucho. Es profesor de un colegio de Logronho y Canada es su segunda casa. Tiene ese gracioso acento riojano que se confunde con el vasco en algunos comentarios espontaneos. Como todo buen Rioja, Luismi entra bien desde el primer momento gracias a su simpatia y a su risa contagiosa, pero como todo buen Rioja, con el tiempo te acabas dando cuenta de su categoria, merced a su experiencia y buenos consejos. Majete y campechano, padre de familia el, es de complexion fuerte, mofletes sonrosados y pelo corto y castanho claro, casi rubio. Hablamos de un hombre tranquilo, pero amante de emociones intensas, pues no se ha perdido ninguna de las actividades de fin de semana que organiza el colegio, tales como tirolinas o karting. Hablamos de un Gran Reserva.
Anna, Marianne, Josée, las dos Jess, Elise y Emma son las monitoras locales. André, el unico varon. Son en lineas generales bastante agradables y uno se siente a gusto con ellos. Llevan camisetas amarillas como unica distincion de uniforme laboral alguno. Luismi y yo trabajamos con este equipo de jovenes honrados, timidos y poco marchosos, colaborando a la hora de preparar los juegos y actividades que se curran para los chicos. Su trato es espontaneo y familiar, pero aun si nunca terminas de sentirte como en casa porque su cultura es a veces un abismo inalcanzable para un chico como yo que ha pasado toda su vida al otro lado del charco. Esa abrupta diferencia se pone de manifiesto especialmente en esos pequenhos detalles de educacion que el dia a dia de aqui ha convertido en barreras casi tan altas como la progresion que esta marcando Contador en el ciclismo mundial (que grande eres, Alberto). Yo me considero bastante anglosajon en la manera de pensar y ver la vida, pero mi identificacion con todo lo que suena a british acaba donde empieza esa doble moral que tienen en estos paises, incluido Canada. Me refiero a esa del good morning, el please y el thank you permanentemente pegados en los labios, y al mismo tiempo esa irresistible tentacion de torcer la mirada cuando acabado el ritual de aparente cortesia, te los cruzas por los pasillos y son mas frios que el agua del rio Ottawa en invierno. En ocasiones, hasta el punto de no responder al timido nuevo saludo de rigor.
Con los profesores hay otro tipo de relacion, mas profesional si cabe; pero a la vez mas sincera y cercana. Tamara, Kate y Tyler son mis principales valedores y me demuestran todo el afecto que jamas habia pensado encontrarme en mi aventura en tan poco tiempo. Tamara, que ya me ha invitado a su casa a cenar en dos ocasiones, da clases en el nivel avanzado y mas de una manhana he sido parte integra de sus actividades, trabajando codo a codo con ella como un profesor ayudante de universidad. Son ejercicios de participacion activa y de conversacion en los que colaboro mas feliz que una perdiz. Con Tyler ocurre algo parecido. En su taller de periodismo ayudo a los chicos con un blog que estan creando sobre el programa. Si tienen que salir a hacer una entrevista los acompanho y asesoro. Si hay que explicar algo sobre la profesion, Tyler me cede el testigo y la pizarra para que las miradas se centren en mi. Nunca antes me habia imaginado con mi edad impartiendo clase en un colegio a estudiantes canadienses sobre cuestiones de la carrera que siempre habia considerado que eran chorradas, como la estructura de piramide invertida y las famosas 5W de cada articulo, o la espiral del silencio­, por citar algunas ocurrencias made in Complutense. Si, lo reconozco: soy un friki.
Os confieso que me alegro mucho de haberos contado todas estas cosas. De los posts que tengo en mente este era el que menos me apetecia hacer porque me parecia un poco conhazo, pero digamos que me auto-obligue porque creo que es una interesante manera de que conozcais mas sobre mi vida aqui. Os lo debia por vuestra fidelidad. Solo espero que mi empenho por publicarlo tras tres intentos fallidos (lo iba a colgar el pasado jueves) haya merecido la pena y no os hayais aburrido mucho al leerlo. Manhana mismo intentare ponerme con el siguiente. Un abrazo enorme con palmadita en la espalda para vosotros; un besinho fuerte para vosotras.

martes, 21 de julio de 2009

Diario del Canada (weekend)

Este fin de semana ha sido la leche. Soy consciente de que aun me quedan pendientes muchas mas cosas que quizas deberia contaros antes de ponerme a hablar sobre mi tiempo libre, pero me lo he pasado tan bien que no me puedo resistir. Os prometo que sere breve en cualquier caso. El viernes despues de clases los chicos tenian una actividad obligatoria en el colegio que consistia en una especie de gimcana de pruebas deportivas. Yo me encargue de llevar la de baloncesto junto con un profesor muy majete llamado David. Tiene 26 y apoya a los Raptors. Naturalmente estuvimos hablando de Calderon, como podreis imaginar ;)
Por la tarde quede con Luismi, el otro monitor espanhol, y con Maria, una chica de nuestra edad muy agradable que esta estos meses por aqui para aprender ingles (os los presentare en futuros posts). Primero fuimos a dar un paseo por el centro de la ciudad y despues decidimos ir a cenar al Hard Rock Cafe de Ottawa, que queda en plena downtown muy cerquita del edificio del Parlamento, en una zona moderna llena de pubs irlandeses donde puedes sentarte a degustar una buena pinta de Guinnes con algun partidito de fondo en la television, generalmente de hockey o beisbol. El sitio es una pasada. Los que ya hayais estado en el de Madrid o en cualquier otro Hard Rock Cafe, ya conoceis de que va el rollo. Para los que no, el local seguia el mismo patron de esta famosa cadena de restaurantes en cuanto a decoracion se refiere. Estilo rustico, iluminacion amarillenta, mesas de madera y enormes barras de bar decoradas con motivos genuinamente americanos. Encerradas en vitrinas o colgadas de las paredes en majestuosos marcos, descansaban todo tipo de guitarras firmadas por grandes hitos de la historia de la musica de todos los tiempos. Me saque una foto junto a una preciosa acustica marron que tenia el autografo de Jethro Tull. Aparezco en la imagen ultrasonriente. Ya sabeis; uno, que se flipa mucho con estas cosas, jeje.
Cenamos en la planta de arriba, en la parte que tienen acondicionada con una terracita de verano muy chula que estaba semi vacia a eso de las 19.30h, cuando nos tomaron nota al poco de llegar. Los tres pedimos lo mismo: una impresionante hamburguesa de 11 onzas de carne aderezada con bacon, cebolla caramelizada, lechuga, tomate y queso Cheddar. Para beber saboree una canha de cerveza canadiense, de cuya marca la verdad es que no me acuerdo, pero que tenia un gusto similar al de una Cruzcampo, para que os hagais una idea. Yo monte mi espectaculo habitual con el ketchup y la mostaza, pero tranquilos: ni me manche, ni nadie salio herido tampoco. Tras pagar y dejar la propina de rigor a la simpatica camarera (en los restaurantes canadienses es obligatorio dejar siempre un 10% del total de la cena), bajamos a la planta baja para curiosear por la tienda. Y que quereis que os diga, lo mismo un dia de estos me doy un caprichito y me llevo la clasica camiseta de recuerdo.
Salimos fuera de nuevo y dimos un par de voltios en pleno atardecer hasta dar con el sitio perfecto para tomar el postre. Haciendo esquina con las calles Williams y George St., al abrigo de los enormes edificios del Byward Market de Ottawa, habia un pequenho puesto de BeaverTails o "colas de castor"; un dulce tipico de Canada que se parece a las torrijas madrilenhas: fino, crujiente, redondo y banhado en canela. Luismi insistio en invitarnos. Sentados en las pintorescas mesas enfrente a la caseta, a nuestro lado sonaban piezas de jazz tocadas por tres musicos ambulantes en plena jam session. No es que lo hiciesen demasiado bien, pero el aroma de la canela mezclado en mi cabeza con los acordes de un blues mas propio de Nueva Orleans, convirtieron ese rato entre risas y anecdotas en una verdadera delicia.
El sabado llovio casi todo el dia y por ese motivo desde el colegio habian decidido cancelar la actividad obligatoria que tenian prevista. Lo que en principio iba a ser una jornada de picnic y juegos en la playa se convirtio en una tarde libre que aproveche para poner al dia mis informes y para jugar a las cartas con mi familia canadiense. Lo mas cachondo es que tenian una baraja de naipes espanholes, regalo de un anterior monitor, asi que no desaproveche la oportunidad de ensenharles a jugar al mejor juego del mundo, que como todos sabeis, es el Tute. Que risas. Si vierais a Andréas "cantar las 40" con ese extranho acento canadiense mezcla de ingles y frances... Cuando terminamos de cenar, ya de noche, fue el turno para unas apasionantes manos al Poker. En la estrecha mesa de la cocina, sin mas luz que la de una pequenha lampara, estabamos los cuatro apostando entre bromas y tazas de te. Nadie gano, aunque mi tactica de arriesgar poco a poco me sirvio para ser uno de los que mas fichas tenia al final de la partida. El gato se acurruco cerca nuestra y apenas se movio en casi dos horas.
Y ya el domingo, despues del almuerzo, fue el turno de salir de Ottawa y realizar una pequenha excursion. En torno a una hora y media de coche en direccion suroeste se encuentra Thousand Islands. Es un lugar espectacular localizado en la misma frontera entre EE. UU. y Canada, formado (como su nombre bien indica) por mil islas de diferentes tamanhos desperdigadas por el rio San Lorenzo, casi en la desembocadura del lago Ontario. Lo mas interesante del asunto es que en cada una de esas islas la gente adinerada ha ido comprando el terreno y se ha construido su propia casita sobre ellas, con lo que lo mismo en un pequenho islote de menos de 300 metros cuadrados te encontrabas con el clasico chalet americano de madera y tejado picudo, con porche y canasta de baloncesto delante para los ninhos. Una vez llegados alli, compramos un billete para hacer el tipico tour en barco y durante unos 50min bordeamos algunas de esas islas, con personas que nos miraban sentadas en el patio de sus casas o haciendo alguna barbacoa con sus amigos, saludandonos a nuestro paso. Parece ser que todos tienen su propio bote para salir al continente a comprar o a divertirse, y que cuando llega el invierno y el rio se congela, cogen sus coches y se visitan los unos a los otros sobre la superficie helada. Menudas fotos divertidas nos sacamos en la cubierta del ferry. A ver si mis host brothers pueden colgar alguna en Facebook proximamente.
En fin, como siempre me he vuelto a enrollar mas de la cuenta y ahora tengo que marcharme. Hay tres estudiantes que se quedan hoy media hora castigados y he de estar con ellos en el aula. Os escribo pronto, palabra. Cuidaros mucho.

martes, 14 de julio de 2009

Diario del Canada (un colegio en el que trabajo)

Muchas gracias a todos por leerme y por vuestros comentarios. No sabeis que alegria me llevo cada vez que recibo noticias vuestras. Tomo nota tambien de las sugerencias y he aumentando un poquito el tamanho de la letra, aunque con respecto al tema de las fotos me temo que hasta que no regrese a Espanha no podre ensenharos ninguna.
Cada martes es el theatre`s cheapest day en Ottawa (algo asi como el dia del espectador) y por la mitad de precio puedes ir al cine con derecho a una consumicion y a un bote de palomitas por la compra de la entrada. Aprovechandonos de esta cirscunstancia, ayer fui con mi host family a un centro comercial gigantesco que queda por las afueras, muy en la linea de los que tenemos (teneis) alli, y vi la ultima de Pixar, Up, en 3D. La experiencia fue alucinante. Era la primera vez que iba al cine en Canada y tambien la primera que veia una pelicula en tres dimensiones y os aseguro que son el futuro. Ademas la historia era muy bonita y original, en la linea de las de Pixar, que no se como lo hacen, pero con cada nuevo largometraje siempre se superan. Os la recomiendo!
En cualquier caso, hoy de lo que me apetecia hablaros es de mi lugar de trabajo. Os invito a daros un pequenho paseo imaginario por la escuela Deslauriers, el sitio desde el que os escribo estas lineas.
El colegio se encuentra situado en la calle Chesterton, aproximadamente a unos 15min a pie desde mi casa. Es un edificio grande de dos pisos cuya planta tiene forma de H, con fachada de ladrillo rojo y rodeado por dos enormes campos de futbol con un cesped super cuidado por el que a veces corretean ardillas. La entrada principal da a un pequenho patio en el que los estudiantes dejan aparcadas sus bicicletas. Si entrais al inmueble por ahi, llegais a un espacioso hall principal con dos cabinas telefonicas a la derecha y una vitrina en el centro, pegada a una columna, que contiene algunos premios logrados por el equipo de hockey-hielo y de baloncesto. De frente, una puerta doble te mete en la cafeteria. A la izquierda, el ala oeste del colegio incluye el gimnasio, la sala de juntas y oficinas administrativas varias. A la derecha, el ala este te conduce a la sala de profesores, a la de monitores y a las aulas donde los chicos asisten a clase cada manhana.
La cafeteria hace las veces de auditorio porque en la pared de la izquierda hay un pequenho escenario que utilizan para asambleas y espectaculos. Justo enfrente del mismo, al otro lado de la sala, queda una zona un poco mas alta en forma de graderio como si de un pabellon polideportivo se tratase. Es un lugar muy amplio lleno de mesas con unas 12 sillas cada una, donde los chicos se reunen para comer. Tienen dos microondas encima de unas mesas mas altas en la esquina del fondo, como en mi facultad, y rodean el perimetro suspendidas del techo banderas de decenas de paises. La de Espanha queda sobre los bancos que estan pegados a la cocina, y se ve facil al entrar. Delante, una ancha galeria nos ensenha la campinha canadiense, custodiada por abetos y arces de un verde mas oscuro a ambos lados de la parcela.
Las aulas son pequenhitas, con capacidad para unos 20 alumnos. Todas cuentan con grandes ventanas que por la forma del edificio dan siempre al exterior. Estan llenas de manualidades apiladas en las esquinas que fabrican los estudiantes en los distintos talleres y sus corchos se ven plagados de notitas informativas en perfecto ingles. Las pizarras estan permanentemente manchadas por una nube de polvo de tiza, recien pasado el borrador. Es mentalidad anglosajona: siempre borran despues de escribir y explicar la leccion.
Las instalaciones, incluyendo el gimnasio, son bastante buenas pero sin ser modernas. Quiero decir que en Espanha tenemos colegios a la altura de este en cuanto a conservacion y mantenimiento del material se refiere, pero flaqueamos en medios. O sea, que podemos tener gimnasios tan cuidados como el que ellos tienen aqui, pero no se pueden equiparar en dimensiones ni posibilidades. Las colchonetas con las que cuentan, las porterias de hockey y futbol, las canastas... Dios mio, que canastas profesionales tienen aqui! Siempre que puedo echo unos tiros con algunos alumnos a la hora de la comida. Ayer fui el maximo anotador del concurso de triples, jeje.
Cuando caminas por sus pasillos marchitamente iluminados por esas angostas lamparas del techo, tienes la sensacion de estar en cualquier instituto de barrio de alguna ciudad americana, como los que aparecen en las series de television. El oxido del contorno de algunas puertas, su suelo de azulejos oscuros y sus taquillas grisaceas cubriendo las paredes le otorgan un toque de glamour inconfundible. El laboratorio de ordenadores, donde paso las horas escribiendo como un amanuense, es doble (son en realidad dos salas anexas) y debe de tener alrededor de unas 60 maquinas trabajando online al mismo tiempo. Casi se diria que vivo ahi y en la sala de monitores de la primera planta, mi pequenho y desordenado (no por mi) despacho.
En fin, creo que aqui concluye la visita guiada al museo. Espero que con mi aburrida descripcion os hayais hecho una idea de como es mas o menos mi lugar de trabajo. En proximos episodios os hablare de las personas que, como yo, vienen a currar aqui cada dia. Son todos gente encantadora. Cuidaros mucho, buenas tardes desde Ottawa!

domingo, 12 de julio de 2009

Diario del Canada (mi familia canadiense)

Hola a todos! Hoy os escribo desde mi casa de Ottawa, en la pequenha calle de Moorside Private, cerca del cruce de Viewmont St. con Fisher Avenue. Son las 18.15h y el cielo que amanecio esta manhana de domingo completamente despejado se ha vuelto a encapotar y llueve desde hace algunos minutos. Llevamos varios dias asi y no parece julio, pero el clima es agradable y se trabaja bien. En fin, parece mentira pero ya se ha pasado la primera semana en Canada (que rapido avanza el tiempo) y me apetecia escribir esta tarde sobre mi hogar y mi familia de acogida con el fin de que los conozcais a todos un poco mejor.
Vivo con una mujer de cinquenta y muchos de nombre Rachel Lefrancois, su hijo de 15 llamado Andréas, otro estudiante de la escuela que viene del Québec, Philippe, y un enorme gato de color anaranjado al que pusieron Finie. Lo del gato no es conha: es el mas grande que jamas he visto; parece un tigre. Esta tan gordo que practicamente se dedica a dormitar por la casa y comer. Cuando le hago alguna gracia es el colmo de la indiferencia. Rachel es una mujer algo nerviosa y tremendamente extrovertida. Le encanta bromear y realizar bailes e imitaciones de famosos y vecinos del barrio. Cada vez que salgo con ella para acompanharla a hacer algun recado, raro es el dia en el que no coge a alguien por banda y le suelta alguna excentricidad o le pide que baile el moonwalker para ella. En tan solo siete dias tengo anecdotas para aburrir. La otra tarde fuimos hasta una nave industrial de bricolage para cambiar una pieza del lavabo de su casa y os aseguro que estuvimos de palique con el fontanero al menos durante una hora. Lo mas gracioso es que el tio no sabia que era espanhol hasta casi el final de la conversacion. No me entere de la mitad de las cosas que decian, pero eso si; mejore mi vocabulario de fontaneria una barbaridad.
A Rachel le gusta conversar y que le cuenten cosas de Espanha. Es profesora y aunque ahora mismo no ejerce y esta retirada, siempre deja caer alguna reminiscencia de su etapa como docente en los pequenhos consejos del dia a dia. Tiene un gran sentido del humor y sabe muchisimo de todos los temas inimaginables. A veces nos acostamos un poco mas tarde que el resto mientras tomamos un buen te para conversar sobre politica, ensenhanza o acerca de mis dias de trabajo aqui. Completamente obsesionada por la limpieza, colecciona manias extranhas y locuras entranahbles. Asi por ejemplo, os dire que me obliga entre otras cosas a lavarme las manos y descalzarme en la entrada siempre que entro en casa para no traer "virus conmigo" al interior de la vivienda. O que no me deja lavar las prendas rojas con el resto de mi colada para que no pierdan "viveza los colores", literal. Tiene cabellos rubios salpicados por algunas canas desalinhadas y ojos azules bajo grandes gafas de disenho. Es delgada, tiene la voz dulce y esta obsesionada por encontrarme novia. Es muy gracioso porque cada vez que ve a una chica por la calle me avisa para que vaya a saludarla y si se encuentra con alguna que conoce directamente me la presenta. Ya charle con todas las cajeras del supermercado y dependientas de las cafeterias del distrito de Nepean.
Andréas es el clasico adolescente introvertido, cerebrito y amante de los ordenadores. Muy inteligente, tiene un pelo precioso de color castanho y gafas con monturas al aire. Le apasionan las bicicletas y los cohetes que compra por ebay y que lanza cada cierto tiempo junto a sus amigos. Suele vestir con ropas anchas y de vez en cuando luce la clasica gorra de beisbol mientras suelta alguna de sus ironias con su timbre de voz pausado y profundo. Le gusta mucho jugar online al Monopoly y escuchar a Eminen, pero destaca de manera principal porque todos le agradecemos enormemente las deliciosas comidas que prepara, pues la mayoria de las veces es el y no su madre quien se encarga de cocinar, y os aseguro que sus pizzas y su pollo Teriyaki con arroz estan deliciosos.
Philippe debe tener entre 15 y 17 anhos y viene al programa de verano que superviso en la misma escuela que mis estudiantes espanholes para mejorar su ingles. Es de la region del Québec, de Sherbrooke, y tiene un peculiar acento frances muy arraigado cada vez que habla. En muchas ocasiones se dirige en su lengua materna a Rachel y Andréas, momento que yo aprovecho para hacer una buena écoute y mejorar en mi comprension y fonetica. Es el fan numero uno mundial de Roger Federer y ya tenemos apalabrado un duelo fratricida en las pistas que quedan al lado del colegio, cerca de la piscina municipal, para dirimir quien es el mejor de los dos con la raqueta. Pelo rizado, ojos azules, complexion delgada; perfecto canadiense.
La casa es un duplex adosado de tres plantas y yo vivo en la parte de abajo, en lo que ellos llaman el basement, que es como una especie de sotano acondicionado que da al patio de atras de la vivienda. Mi habitacion es grande y muy comoda, con una cama de 1,20 para mi solo, un gran escritorio en el que redacto mis informes, television con 60 canales y hasta una mini-nevera con bebidas, quesitos y porquerias tipicamente americanas como crema de cacahuete o mermelada de arandanos. En general reina el desorden por doquier (algo que he constatado en varios hogares canadienses, bastante desordenados todos) y el gato campa a sus anchas por la moqueta de las escaleras y por la cocina, pero me gusta mi hogar aqui y me siento comodo y contento con la familia que me ha tocado. Manhana o en un par de dias os volvere a escribir para contaros mas cosas. En unos minutos nos vamos a cenar fuera. Hoy es domingo y nos lo tomamos con calma o como dicen aqui, we take it easy. Un abrazo fuerte desde Canada.

martes, 7 de julio de 2009

Diario del Canada (vuelo de ida y primeros dias)

Hola a todos desde Ottawa, la capital de Canada. Aqui son las 10.30h de la manhana y llueve (si, llueve!). Perdonadme las faltas de ortografia y la ausencia de letra "n" en el teclado canadiense que suplire con la solucion "nh" de la gramatica portuguesa. Asi evitare algun que otro malicioso malentendido. Es mi cuarto dia en el pais y dispongo de algo de tiempo para relataros las primeras anecdotas de mi aventura. Me encuentro ahora mismo en la sala de ordenadores del colegio Deslauriers, aprovechando que mis estudiantes estan en clase. Como habreis podido deducir por el nombre del centro, en Ottawa tambien se deja notar la influencia francofona del Quebec. Es una ciudad tremendamente tranquila y silenciosa. Yo vivo en la parte del suroeste, integrada por barrios residenciales de casitas unifamiliares con su porche ajardinado delante, su clasico buzon de correos hecho de madera pintada de blanco al borde de la acera, sus amplias carreteras/calles por las que circulan coches enormes y sus montones de parques salpicados por grandes arboles alrededor. En otro post os detallare mas sobre todo ello, aunque baste el estereotipo que os acabo de dibujar para que os hagais una primera idea.
El sabado el vuelo fue agotador. Me levante esa manhana a las 8.30h cargado de nervios y ultime los preparativos de mi viaje pensando en la responsabilidad que se me venia encima. Como tenia que estar tres horas antes de la salida del avion en el aeropuerto de Barajas, sali de casa en torno a las 10.30h. Nada mas llegar a la Terminal 1, cambie de divisa mi dinero para toda mi estancia, unos 500$CAN, y me encontre con el coordinador de aeropuertos de la empresa; Jorge, un tipo majisimo de mi edad que ya conoci en los cursillos de formacion. Enseguida subimos a la planta de salidas para gestionar la facturacion de las maletas de los chicos. Entre la de gente que habia en Barajas ese dia y mi completa falta de experiencia, fue complicado al principio controlar la situacion. Os lo podeis imaginar: madres histericas bombardeandote a preguntas sobre el programa, mientras tu respondes con una sonrisa de verdadero RR. PP. y compruebas al mismo tiempo en tu lista de vuelo que todo marcha correctamente. Con mas o menos agobios sali airoso del paso. Poco despues pasamos el control y accedimos a la zona de embarque, casi de carrerilla. Es increible lo rapido que se me paso todo, os lo aseguro.
Una vez alli entable conversacion directamente con los chicos por vez primera y no tuve demasiados problemas ni para explicarme ni para que me prestaran atencion. Tras las presentaciones de rigor les deje algo de tiempo libre con el unico proposito de poder comprarme un buen libro en algun Dutty Free, pero me fue imposible por falta de tiempo: algunos de ellos no se alejaban de mi y no paraban de hacerme todo tipo de preguntas. Asi que aqui estoy, sin libro al que poder echar mano. En el avion no dieron demasiado la lata, pero el trabajo no solo no se detuvo, sino que se multiplico. No pare ni un instante, ya que tenia que supervisar de vez en cuando que todos estaban bien, ayudarles uno a uno a rellenar correctamente la cartilla de inmigracion, aclarar sus dudas, vigilar que no armaran escandalo, preparar la documentacion de las familias de acogida a nuestra llegada, etc. Para colmo de males, cada uno estaba sentado en un sitio distinto del aparato, asi que imaginad las caras de las azafatas cada vez que se cruzaban conmigo en medio de los pasillos. Los pocos momentos de relax los pase hablando con una chica muy agradable de mi edad que estaba estudiando Piano en Nueva York (flipad!). Era de Valencia y debia tener mas pasta que Cristiano Ronaldo, ahora que esta tan de moda. Me alegro de haberla conocido porque se agradece un respiro entre tanto ajetreo con adolescentes.
Los problemas llegaron al aterrizar. Tres de mis estudiantes no veian salir sus maletas. Esperamos en vano durante 40min al lado de la cinta transportadora, pero las dimos por extraviadas y tuve que acompanharlos a la oficina de la companhia aerea a reclamar. Es un conhazo, pero tengo que deciros que menos dificil de solucionar de lo que habia pensado. Y mientras tanto, los otros 16 esperando aburridos mi regreso al otro lado de la gigantesca sala de recogida de equipajes. Cuando ibamos a salir en el autobus con destino a Ottawa, acompanhados por uno de los responsables de Red Leaf en Montréal (que no me pudo llevar mi telefono de contacto canadiense, he aqui otro contratiempo), una senhorita de Air Transat nos localizo in extremis para informarnos de que milagrosamente las maletas habian aparecido. Que alegria me lleve al ver como cambiaba la cara de los tres chicos. Son de los mas timidos del grupo y estaban nerviosos y preocupados. Ya estaba preparando mi discurso para consolarlos...
Tras mas de dos horas y media de autobus, finalmente llegamos a Ottawa rozando las 22h (hora local), despues de casi un dia entero de trabajo ininterrumpido por mi parte desde que saliera de Madrid. Alli conoci a la responsable de las familias de acogida, Penny Sherwood (si, como el bosque de Robin Hood!), una senhora de unos 60 anhos (que aqui el tipo de malentendidos a los que aludia anteriormente, jeje) muy extrovertida y simpatica, que ya me llama "Spidey", por una conha que tuvimos con Spiderman hace un par de dias. Todos mis estudiantes, reventados del viaje, se marcharon en orden con sus respectivas familias, yo incluido. Otro dia os contare un poco mas sobre ese tema.
Y finalmente, cuando pensaba que todo por fin habia terminado y andaba lidiando con la mujer y el chaval con los que vivo in english, you know ;-), recibi una llamada de Penny a las 23h de la noche, explicandome que por un error en la asignacion de los hogares, a una de mis chicas le habian dado una familia con dos perros... y ella es alergica! Al dia siguiente, madrugon y a solucionar el entuerto cambiandola de casa. La pobre tenia los ojos hinchados y rojos la manhana del domingo cuando fui a verla. Por suerte arreglamos el desaguisado en solo unas horas.
En fin, se acerca la hora de la comida aqui y tengo trabajo pendiente. Os ire contando poco a poco y al mismo tiempo encontrare la ocasion de ir escribiendoos e-mails a todos. Os tengo en mi cabeza cada vez que camino por los pasillos del colegio, por las avenidas de Meadowlands o cuando me acuesto cada noche. Un abrazo muy fuerte desde el otro lado del Atlantico.

viernes, 3 de julio de 2009

Destino Canadá

Me voy a la cama en un rato con un revoltijo de nervios que seguramente me dificultarán conciliar el sueño esta noche. Llevo media semana así. Mañana es el gran día; la fecha en la que me marcho a Ottawa a vivir durante cinco semanas como monitor de un grupo de chavales de intercambio dentro de uno de los muchos programas veraniegos que oferta una empresa, Red Leaf, de la que a buen seguro ya os habré hablado hasta la saciedad. Estoy bastante intranquilo (para qué negarlo), pero muy ilusionado con esta experiencia. Eso de tener a 19 estudiantes menores de edad a mi cargo durante más de un mes supone una enorme responsabilidad que afronto con el típico miedo a lo desconocido y con la esperanza de que todo salga estupendamente durante todo este tiempo. Como me ocurre siempre que viajo, no paro de darle vueltas a la cabeza a ver si llevo todo lo que necesito, y cuanto más lo pienso más siento que se me olvida algo. Casi mejor haré el último repaso a mi equipaje mañana mismo antes de salir hacia Barajas, no vaya a ser que me vuelva loco. Lo digo con conocimiento de causa: soy un maníaco compulsivo con este tipo de cosas.
El vuelo sale de Madrid a las 15.15h y durará unas ocho horas. Confío en que no surjan problemas como retrasos, adolescentes rebeldes, etc. Aterrizaremos en Montréal y desde allí viajaremos en autobús hasta Ottawa, donde nos encontraremos con nuestras respectivas familias de acogida, con las que conviviremos a lo largo de todos estos días en la capital del país. Espero que los chicos se porten bien en todo momento y que los responsables de inmigración y aduanas canadienses sean benévolos con nosotros. Sin mucho más que decir, salvo quizás recalcaros las grandes expectativas que me he creado del bonito lugar al que me dirijo, me despido por hoy. Prometo actualizar el blog tanto como me sea posible para contaros anécdotas y vivencias de esta gran aventura al otro lado del Atlántico. Será mi pequeño cuaderno de bitácora y al mismo tiempo la forma más rápida y cómoda de sentiros a todos cerca. Os echaré de menos.
Nos vemos a partir del 8 de agosto. Feliz mes de julio!

domingo, 28 de junio de 2009

De los ídolos caídos

Dice mi idolatrado doctor House que cuando alguien se muere, de repente todo el mundo quiere a esa persona. En el caso de un artista de la talla de Michael Jackson, tan importante en nuestra historia musical reciente, con tantos millones de seguidores por todo el mundo, la pequeña malicia del personaje creado por David Shore se torna en una sentencia de absoluta veracidad. Desde que el corazón del Rey del Pop se parase el otro día, he asistido con sorpresa a manifestaciones desinteresadas de condolencias mediatizadas en la televisión por parte de seguidores suyos que lloraban de tristeza ante la cámara por la muerte de su ídolo. Eran sentimientos sinceros, pues nadie puede fingir esa clase de emociones: el dolor, el asombro, la alegría... Y sin embargo, nunca dejará de sorprenderme ese tipo de reacción entre personas que no conocían personalmente al protagonista de este post y que posibilemente jamás lo fueran a tratar personalmente. La música tiene estas cosas. Y en un mundo globalizado como el nuestro, con razón de más.
A mí no me ha dado por llorar frente a la tele, pero no porque no me hayan enfocado, sino porque de haberlo hecho tampoco creo que hubiera sido capaz. Y de corazón que lo digo sin pizca de ironía o acritud; no quiero cuestionar algo tan íntimo y personal como esas declaraciones de seguidores profundamente afectados por la muerte del artista. Eso sí, he de reconocer que hoy leía en la prensa un par de artículos sobre su vida y veía poco después un extenso reportaje en Cuatro, y tengo que decir que escuchar algunas de sus canciones pone los pelos de punta y un nudo en la garganta (particularmente en mi caso, con Heal the world). Por eso quería escribir esto hoy. No es un homenaje premeditado por culpa de su fallecimiento poque ya lo habría escrito mucho antes. Es sólo mi pequeño reconocimiento, tras lo que absorbí hoy de los medios de comunicación, al tío que creo que mejor ha bailado en toda la historia, con pasos irrepetibles y movimientos inimitables. No sé donde escuché que alguien dijo de él que se movía como si estuviera dentro de la música. Eso es cierto, y también que además cantaba y conectaba con la gente como pocos han logrado hacerlo.
Tampoco es que fuera el suyo mi estilo favorito, ni que la frase de House me represente por completo y me impida olvidar sus discutibles excentricidades y sus escándalos sospechosamente acallados en una vida de silencio y enigma detrás de los escenarios. Pero qué narices. Se ha muerto uno de los ídolos de la música moderna. Quizás su vida privada deje más sombras que luces, pero estos días todo el mundo debería recordarlo como el gran músico que siempre fue, posiblemente el más original y perfeccionista en décadas. Desde este humilde rincón de Internet también quiero sumarme al duelo y estupor que noticias tan desagradables como ésta siempre producen. Y no sólo por la pérdida profesional de un gran personaje como Jackson o por las miles de personas que tenían su entrada para sus últimos conciertos en Londres y se quedarán sin verlo. También porque repasar todas esas imágenes de ese frágil genio loco con mirada fantasmagórica y mansión de juguete me produce lástima. Ni idea de si hay algo de verdad en mi suposición final porque no deja de ser una intuición; pero creo que era un ídolo caído en desgracia. Uno de tantos otros que cumplen este fatídico estereotipo. Un pobre niño grande que en el fondo no era feliz. Descansa en paz y gracias por tu música. Hasta siempre, Michael.

lunes, 22 de junio de 2009

Aquellos maravillosos años...

El pasado viernes fue mi Graduación, la ceremonia que ponía el broche final a cinco años de carrera; de recuerdos y anécdotas con aroma a la universidad que me ha tocado vivir y que ha marcado con fuerza la última etapa de mi vida. En efecto ya podemos afirmar que estoy graduado. Y aunque a día de hoy no sé si licenciado (todavía me restan cuatro notas por saber), lo cierto es que me resulta inevitable sentir que todo se ha terminado ya; que el vacío que me puede en estos momentos se debe a que la facultad de Ciencias de la Información de la Complutense forma parte, al fin, de mi pasado como estudiante.
Y curiosamente el año que viene volveré a dejarme caer por allí, para hacer un Máster que me permita doctorarme, cumplir ese sueño que siempre albergué latente en mi interior y que quizás, quién sabe, si termino siendo profesor algún día gracias a ello, acabe ligándome para siempre a este querido edificio de hormigón que ha sido mi casa durante este último lustro. Pero aún con todo eso, el vacío persiste. Parece que algo se acabó para siempre y ya no va a volver. Qué le vamos a hacer. La historia se escribe con montones de ciclos que empiezan y terminan tarde o temprano y la hora final de éste se produjo con la simbólica fiesta del viernes. Una nueva etapa irrumpe ahora con fuerza en mi vida. Se avecina un futuro de incertidumbre y dudas, pero lleno de alicientes y sueños que afronto con la prematura melancolía que me produce abandonar los apuntes y sus exámenes después de tanto tiempo, con la única certeza de que al menos oficialmente ya soy periodista y con la convicción, eso sí, de que lo mejor aún está por llegar.
Por ello, tras un periodo de larga inactividad en mi blog quería retomar hoy mi particular producción escribiendo a modo de homenaje una serie de posts que hicieran balance sobre todo este tiempo de vivencias en la facultad. Los titulo así porque efectivamente han sido unos años maravillosos. En la universidad he conocido la auténtica amistad, la que responde por ti sin preguntar nada a cambio; el compañerismo sincero, sólo posible con las personas que de verdad te valoran por lo que eres y que te quieren ayudar a ser lo que todavía no eres; el verdadero amor, aquel que te golpea de casualidad cuando menos te lo esperas y no se quiere separar de ti ni en la distancia ni en el olvido, dejándote huella para siempre. Por otra parte, también he constatado lo peor de la gente: la maldad en todas sus acepciones, la falta de educación, el egoísmo y la competitividad exagerada hasta sus máximos límites, que son la envidia y el engaño. Y es que evidentemente no todo son buenos recuerdos, pero esa concepción vitalista de la existencia que hice mía tras leer a Nietzsche en estos años maravillosos me hace valorar todas esas contradicciones como parte indisoluble de mi periodo universitario; sin duda, el más importante de mi corta vida.
Y para empezar con esta retrospectiva tan intimista sobre mi carrera, he pensado que lo más apropiado era iniciar mis reflexiones hablando precisamente de la Graduación, la culminación de esta pequeña novela de cinco episodios que se ha ido gestando en el Campus de la Complutense capítulo a capítulo, asignatura por asignatura, desde que llegase a él allá por octubre de 2004.
Cinco años después, el mismo día que tuve mi último examen, llegó la citada ceremonia. Lo primero que quisiera comentar es que a mí personalmente me hubiera gustado que se hubiese celebrado de otra manera, no lo voy a negar. Era un acto para reunir a toda la promoción de la carrera, por muy utópico que suene pretenderlo. Que realmente era imposible congregar a tanta gente en el edificio de la facultad, el lugar donde yo quería festejar la gala, tampoco lo voy a dejar de reconocer. Pero en cualquier caso, sabiendo las limitaciones que existían de antemano, lo que sí tenía claro es que deseaba algo así. Hablé con gente que me dijo que pasaba del tema, bien por no mostrarse partidaria de este tipo de formalidades, bien por no considerarla una celebración que tuviera algún sentido. Pues bien: para mí sí lo tiene. Me parece algo fundamental que todos los universitarios deberían vivir. No escondo que soy posiblemente un fetichista contumaz con este tipo de cosas, pero todas esas experiencias: las fotos de la Orla, los viajes de ecuador y fin de carrera, la propia Graduación... son actos que se quedan grabados en la memoria para siempre y que pertenecen a esa idiosincrasia tan especial de ser universitario, al mismo nivel que las clases o los pinchos de tortilla de la cafetería. Nadie que hace una carrera se los debería perder y a mí particularmente me hacía mucha ilusión realizar una cosa así para mis padres (los que me han costeado todo esto y tanto me han apoyado en los momentos difíciles), rodeado de gente con la que he convivido tantos años y que simboliza en modo alguno la culminación a tanto esfuerzo durante estos cinco años. La Graduación sirve para sentir con más claridad que has llegado al final de un ciclo y que lo cierras, aunque sea a partir de algo tan trivial como que un profesor te coloque una banda sobre los hombros con el escudo de tu universidad. Respeto que haya gente a la que no le guste o personas para las que no signifique nada y hasta comprendo que en el fondo tanta parafernalia pueda parecer un simple paripé, pero no deja de ser un bonito reconocimiento entre compañeros y familiares que me seguirá pareciendo necesario.
Dicho esto, el acto estuvo muy bien por otra parte. Las personas que tantas ganas le pusieron a la organización del evento se merecen un nuevo aplauso de los presentes y mi enésimo agradecimiento. Consiguieron crear una gala al mismo tiempo emotiva, divertida y solemne. Hubo de todo; desde el humor más bien traído hasta las reflexiones con más calado. Tuvo la duración correcta y nada sobró, salvo que quizás el vídeo con las fotos de los alumnos duró el doble de lo que muchos esperábamos.
Los profesores y el periodista invitado fueron otro dato determinante. Sus discursos, todos ellos diferentes entre sí pero con el mismo sentido de cordialidad, respeto y cariño, fueron espléndidos. En algún caso particular me sentía como si estuviese ante la última clase de la carrera, la lección más importante e influyente ante mi futuro profesional. Las siete intervenciones fueron charlas magistrales. Unas hablaban de anécdotas e historias personales; otras citaron a Homero y a grandes periodistas de la historia. Pero todas sin excepción aportaron algo: la ilusión y el ánimo para una generación de periodistas, la de nuestra promoción, que todos coincidieron en señalar que tiene muchas cosas que aportar a la mejor profesión del mundo. Y esto último no es algo que diga yo, sino el gran Gabriel García Márquez, citado en uno de los turnos de palabra.
Y finalmente, más allá del desarrollo del acto y otros pequeños matices menos interesantes o concretos, lo que sí me gustaría destacar fue lo que sentí al recibir mi beca; el momento más trascendente de esas casi tres horas de emoción contenida. A lo largo de la gala hice un par de comentarios a la gente que tenía cerca en las butacas refiriéndome a que me encontraba como si en la ceremonia de entrega de unos premios se tratase. Pues bien, el instante en el que escuché mi nombre y subí al escenario a recibir mi condecoración fue como ganar un Oscar. Sabía que a mis padres y a mi hermano esa imagen de chico delgaducho y timidote estrechando la mano de los asistentes les estaba haciendo felices. Pero yo me sentía aún más orgulloso de ellos si cabe que de mí mismo. Es una satisfacción enorme delante de tanta gente ser abrazado por unos profesores que te aprecian o saludado por otros que te respetan, según el caso. Y lo es más bajar con esa banda sobre los hombros y buscar la mirada cómplice de las personas que te quieren, familiares y amigos. Por sólo esos breves minutos de magia, la fiesta tuvo sentido. El sentido de sentarme en mi asiento, respirar hondo con el jaleo de fondo del auditorio y darme cuenta de que acababa de cumplir con una de las mayores aspiraciones de mi vida: terminar una carrera. Los abrazos de después, las pocas fotos que me llevo de recuerdo y la juerga de por la noche son simples sabores que aderezan este delicioso pastel con el que di por finalizada mi particular andadura por la universidad. Continuará...

viernes, 20 de marzo de 2009

Con la iglesia hemos topado

Con la iglesia hemos topado. Eso dice el dicho y eso pienso yo cada vez que la "Santa Institución" abre la boca. Ya lo hago por inercia, estupefacción; estupor. Nunca dejan de sorprenderme; entenderlos debe ser cuestión de fe. Esta semana que se acaba, dos son las noticias con las que me he quedado perplejo ante la manera que tiene de obrar la Casa del Señor. La primera de ellas no es otra que la última campaña de la Conferencia Episcopal en nuestro país contra el aborto. En el cartel del anuncio puede verse a un bebé y a un cachorro de lince a su lado, y sobre el felino semi-impresionado un eslogan que reza: "lince: protegido". El título de la imagen es inequívoco: "¿y yo?... ¡Protege mi vida!". Ciertamente un juego de palabras de una ironía tan deslumbrante como la gracia del Espíritu Santo. Y doblemente demagógico. En primer lugar porque la Ley del Aborto no persigue dejar de proteger la vida, sino que precisamente uno de sus apartados valida que a las mujeres embarazadas cuya vida o la del feto pudieran correr peligro se les permita legalmente interrumpir la gestación. Y en segundo lugar porque el aborto tiene estipulado un periodo de tiempo límite para su ejecución, con una fecha tope fijada en las 14-22 semanas de embarazo. Así que si el bebé protagonista de la campaña es un aborto, como dice un colega mío con mucho sentido del humor, está bastante "crecidito". Por otra parte, recientemente hemos sabido además que el lince que aparece ni siquiera es ibérico, sino euroasiático, así que quizás tengamos que sospechar que la Conferencia Episcopal no tiene muy buen servicio de documentación si lo que pretendía era atacar la conciencia de la sociedad española con una de las especies más amenazadas que tenemos en nuestro territorio. Habrá que actualizar las Sagradas Escrituras.
La segunda noticia tiene que ver con las últimas palabras del Papa Benedicto XVI el pasado martes sobre el uso del preservativo, que según él "agrava el problema del sida". Palabra de Dios, te rogamos óyenos. Lo más sorprendente de esta historia no es la desagradable contumacia de la iglesia con su aversión por el uso del condón, ni siquiera su radical contradicción con la última campaña anti-aborto-pro-vida de los obispos españoles que mencionaba antes. Lo más triste es que el máximo responsable de la iglesia católica pronunciara esas palabra precisamente en África, un continente asolado por el sida; una enfermedad que según Reuters ha causado la muerte allí a más de 25 millones de personas desde 1980 y de la que una población estimada de 22,5 millones son actualmente portadores del virus. Y nos propone Ratzinger como solución "una humanización de la sexualidad" y "una amistad sincera entre la gente". Amén...

viernes, 13 de febrero de 2009

Crónica de un concierto esperado

Escribo estas líneas todavía con una sonrisa como una rodaja de sandía. Ayer asistí al concierto que llevaba no meses, sino incluso me atrevería a decir que años esperando. En 2005 fue la primera vez que los vi actuar en directo y la experiencia, aunque especial, me supo a poco. Por eso tenía tantas esperanzas e ilusiones puestas en la reunión de ayer. Cogí el autobús por la tarde con esos nervios revoltosos que a todos alguna vez se nos han manifestado en el estómago; esos nervios que aparecen antes de la primera cita con la chica que te gusta o antes de realizar un viaje que llevas semanas organizando. Era ese ligero nerviosismo que no molesta y que gusta al fin y al cabo. Tras un largo periodo de espera de nuevo me dirigía a ver actuar a mi grupo. A Oasis.
La tarde-noche de ayer fue una delicia. Me gustaría aprovechar ahora para agradecer a Gonzalo y a sus amigos el trato que me prestaron y lo agradables que fueron en todo momento conmigo. Cuando antes de algo tan importante como el concierto de tu banda de rock favorita, las cervezas se toman en tan buena compañía, no puedes pedir más. No sé cuántas cayeron, tal vez tres o cuatro jarras de las grandes; pero esas horas previas entre risas y anécdotas estuvieron a la altura del espectáculo que nos dieron luego los Gallagher, como siempre espectaculares.
Y es que el concierto de ayer de Oasis fue una pasada. Mucho más vistoso que el de hace un poco más de tres años. Era el mismo escenario, el Palacio de los Deportes, pero parecía un mundo completamente diferente. Mientras que en noviembre de 2005 la austeridad era la nota predominante, en la velada de ayer grandes pantallas con primeros planos de los integrantes del grupo y con imágenes promocionales de sus discos llamaban poderosamente la atención iluminando de todo tipo de colores a la multitud del recinto madrileño. Se respiraba una atmósfera mucho más mágica que en su última visita a la capital, un "rollo Oasis" por los cuatro costados gracias también a la mayor afluencia de público, que había agotado las entradas hace un par de meses y que llenó el pabellón con aplausos y cánticos en cada descanso durante la hora y 35 minutos que duró el recital.
La historia comenzó según el guión que Gonzalo había previsto, con un impresionante homenaje a la historia de la banda británcia. Con el sonido inconfundible de puesta en escena que impregna el Fucking in the bushes (sí, el tema se llama "follando en los arbustos") para saltar a la palestra y arrancar la primera euforia entre las masas ante lo que se avecinaba. Y justo a continuación, abriendo el concierto con el Rock & Roll Star ante un mar de brazos acompasándose al ritmo de los acordes que Noel se inventó hace ya unos 18 años. Después llegaron las primeras canciones del nuevo disco, titulado Dig out your soul, la excusa que servía para realizar la presente gira europea. Una presentación por todo lo alto que arrancó con el primer sencillo The shock of the lighting y al que le siguió minutos después I'm outta time.
Lo peor del concierto hasta ese momento fue la voz de Liam, más áspera que nunca rasgando el aire del Palacio a gritos desafinados que ni siquiera aportan melodía a la música, sino sólo un conjunto de alaridos rasposos que estropean la fidelidad melódica que no obstante sí logra alcanzar el grupo en cada acorde o punteo, pues es increíble lo parecido que suenan en directo respecto a la grabación en estudio. El canto (o cante) de un Liam irreconocible de pelo corto y gafas de lente redonda con ese aire a lo Risto Mejide, retorciéndose ante el micro como en él es habitual, empañó un poco el gran resultado musical de Oasis anoche y nos enseñó como sus cuerdas vocales están cada vez más machacadas por culpa del tabaco y el alcohol, una irónica premonición del tema que los de Manchester tocarían un poco más tarde: el clásico Cigarettes & alcohol, un memorable guiño a su repertorio de siempre que pasó a convertirse a eso de las diez de la noche en lo mejor del concierto hasta ese instante.
Y tras unas cinco canciones con Liam destrozándose la garganta y destrozándonos los oídos a los fans, llegó el turno de Noel con sorpresa incluída. Primero se lanzó con el Waiting for the rapture, del nuevo disco, y después contra todo pronóstico y sin rastro de trompetas de fondo como en aquella memorable noche del 96 en Maine Road; el plan maestro que se guardaban en la manga los británicos, envolviendo el ambiente de magia y de nostalgia color sepia, con esa precisosa sucesión de acordes modificados de La. Con The masterplan nos dejó boquiabiertos. Jamás pensé que llegaría a escuchar esa canción en directo, ni que esa canción en directo sonaría así de bien.
Pero las sorpresas no acabaron ahí. Algunas tan agradables como desconcertantes, tal fue el caso de Songbird, una canción menor que se inventó Liam una tarde de primavera durante una gira de la banda, en "20 putos minutos de jodida inspiración", como él mismo declaró en su momento, y que ni siquiera se atrevió a tocar a la vez que cantaba, pese a dos acordes de nada que tiene la música. Otras, sorpresas que catalogaría de desagradables, como la ausencia en el repertorio de Live forever, uno de los himnos de los años 90, o para mí la gran decepción de la noche, tristemente predecida con éxito por Gonzalo, la inexplicable ausencia de Bag it up, la mejor canción del nuevo álbum.
A todo lo anterior hay que sumar el inconfundible estilo Oasis, sin dejar de tocar temas míticos como Wonderwall, posiblemente su canción más famosa y también la más comercial; la canción por la que yo un buen día quise aprender a tocar la guitarra, o como Slide away, una de las mejores letras de amor de la historia o, por qué no mencionarlo, el Morning Glory, para mí el tema más idóneo de tocar en un concierto, el más paradigmático de lo que es una sesión de Oasis en directo, por la fuerza que tiene y por lo mucho que gusta a la gente.
A las once menos diez de la noche, se marcharon del escenario. Todos estábamos anestesiados, pero espectantes. Los vaciles constantes de los Gallagher durante toda la actuación (anunciando una canción y luego tocando otra diferente, por ejemplo) sirvieron para que está vez ninguna de las 15.000 almas que aproximadamente estábamos allí cantásemos o coreásemos para que volvieran. Sabíamos que lo harían y que al menos restaban tres temas más. Don't look back in anger y Champagne supernova estaban cantados.
Y así fue. El mejor momento del concierto llegó con el primero de ellos. Noel Gallagher será un capullo y un cretino, no digo que no, pero con una guitarra en las manos y ante tanta gente entregada es como una especie de dios. Tocó la versión acústica del mismo, en un estilo más romántico y personal, que es como yo pienso que mejor suena Don't Look back in anger, la canción que yo le cantaría todas las noches en un susurro a la mujer de mi vida antes de acostarnos. Con esa letra y sobre todo esa música, el tío hizo lo que quiso, la cantó como le dió la gana y realizó hasta tres amagos al final de la letra para que el público aplaudiera tantas veces. El auditorio coreó su nombre al final. En el fondo, Noel es Oasis.
Y finalmente, tras la de Falling down, del disco de promoción, el clásico Champagne supernova para lo que todos creíamos que sería cerrar una velada de ensueño, quizás la canción que mejor cantó Liam junto con el "Cigarettes", lo cual es mucho decir. Sin embargo, la última sorpresa estaba aún por salir a la luz, pues el concierto no acabó ni con la mítica flauta-organillo de esa melodía ni con el "we were getting high..." de su letra, sino con la cachonda I am the walrus, un tema que en realidad es de los Beatles, canción de borrachos por excelencia, que les encanta a los Gallagher y que puso el broche final con un cierto toque de humor a un enorme concierto en el Palacio de los Deportes.
En definitiva lo mejor fue el estilo Oasis presente por todas partes y esa versión de autor del Don't look back in anger magistralmente llevada por Noel, mientras que lo peor fue la voz de Liam, cada vez más lamentable, y las sonadas ausencias de Live forever y Bag it up. Y para terminar con este interminable post, si habéis tenido la paciencia de leerme hasta aquí, me gustaría sólamente haceros dos pequeñas recomendaciones. Os propongo en primer lugar que escuchéis todas las canciones del grupo que os cito en mi crónica y ya por extensión si os molan, que escuchéis todo lo que podáis de este pedazo de grupo que a buen seguro no os decepcionará. Y en segundo lugar y no por ello menos importante, no me gustaría cerrar este larguísimo texto si recomendaros visitar el MySpace de Gonzalo, Javi y Luis, que bajo el nombre de Kaufman tocan juntos y tienen canciones guapísimas en un estilo que suena de maravilla. De momento tienen grabado su primer sencillo. Entrad aquí y disfrutadlo: http://www.myspace.com/kaufmantheband

martes, 6 de enero de 2009

Noche de Reyes

Ayer fue la noche más mágica del año; la noche de Reyes. La madrugada en la que todos alguna vez, cuando éramos niños, hemos tenido serios problemas para dormirnos, nerviosos esperando a que llegase la mañana siguiente para abrir los regalos y llenar el salón de casa de papeles rotos de colores. Yo recuerdo cuando era pequeño que permanecía en cama con el corazón latiendo a mil por hora, la manta hasta la altura de la nariz y los ojos abiertos de par en par, como si fuera un menudito búho en constante alerta ante cualquier mínimo ruido que delatase la presencia en casa de Sus Majestades de Oriente.
Y precisamente de allí vienen los Reyes Magos, a llevar regalos por Europa a todos los niños que se han portado bien y algo de carbón para los más traviesos. Según todos sabemos, llegados del Lejano Oriente; Melchor, Gaspar y Baltasar trajeron presentes al niño Dios que había nacido en un portal en Belén. Durante toda su travesía, fueron guiados al lugar exacto por una estrella fugaz; la misma que hoy ponemos en lo más alto del árbol de navidad.
Pero más de 2.000 años después, en la cruda actualidad que vivimos, las estrellas fugaces han sido sustituidas en Belén por cohetes israelitas que destruyen edificios y matan a personas inocentes. Esta mañana, la mañana de Reyes, se cumplía el cuarto día de ofensiva terrestre del ejército israelí en la Franja de Gaza y la noticia de hoy era el bombardeo, precisamente allí, a una escuela de Naciones Unidas que cobijaba a más de 400 refugiados palestinos sin hogar. ¿De verdad pensaban que miembros de Hamás se escondían en ese lugar?
Resulta irónicamente macabro pensar que todo vale en el arte de la guerra hasta el punto de atacar a una escuela en el día de los niños. Y mientras parpadea y retruena por las bombas el cielo de esa tierra donde en una ocasión tres reyes bendijeron a otro niño con regalos, las criaturas que allí malviven y mueren se quedan sin los suyos en la noche más mágica del año. Save the Children dice en un comunicado que los muchachos corren riesgo de enfermar por el frío ya que sus padres se ven obligados a dejar las ventanas abiertas de noche para evitar que estallen los cristales por la onda expansiva de las explosiones. Imaginemos todos por un momento cómo habrán pasado la noche de Reyes los pequeños habitantes de la Franja de Gaza. Sin poder dormir, como a todos nos ha pasado alguna vez; pero por razones muy distintas.
Y yo me pregunto: ¿dónde están ahora los hombres trajeados de la diplomacia internacional para sentarse a detener esta barbarie de una vez? Y me planteo deprimido por las terribles noticias que van llegando desde allí, donde tengo cerca un amigo en misión de paz que seguramente no habrá visto esta noche a los Reyes Magos por esa zona, que quizás este conflicto es una eficaz barrera contra el afán de protagonismo de Sarkozy, misteriosamente desaparecido hasta la fecha.